Alternativas para la educación estatal - 12 de Marzo de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 560779730

Alternativas para la educación estatal

Los anuncios para avanzar hacia la desmunicipalización de la educación han encontrado inesperada resistencia de parte de los alcaldes, ya que, contrariamente a lo que muchos pensaban, la mayoría quiere seguir teniendo injerencia en educación. Por tanto, esta reforma puede tornarse compleja y quizás ello explica que haya recobrado fuerza la denominada agenda corta y los cambios de carácter organizacional parezcan postergarse. Más allá de la disputa de poder que puede existir en este ámbito, es evidente que una solución organizacional que borre a los municipios diluye el vínculo entre la comunidad y la educación y le resta legitimidad democrática. Es difícil pensar que una serie de servicios locales de educación articulados a través de una entidad nacional pueda ser demasiado receptiva a los intereses locales. Su dependencia del nivel central va a ser inevitable. La experiencia del Estado docente en nuestro país revela todos los costos que una solución de estas características puede significar para la educación estatal. En lugar de fortalecerla, puede condenársela a la irrelevancia.

La mirada a distintos sistemas escolares públicos en el mundo revela que estos suelen ser descentralizados y son muy raros aquellos que tienen un carácter más centralizado, e incluso en estos casos muchas veces está referido a subsistemas específicos. Esta realidad obedece a que la experiencia con sistemas educacionales centralizados no ha sido particularmente positiva, porque se pierden los vínculos entre la comunidad y la organización responsable de administrar los planteles escolares. Además, el estrecho vínculo que existe entre educación escolar y ciudadanía lleva a que, en general, los países prefieran otorgarle algún grado de legitimidad democrática a la provisión de educación pública. En nuestro país, por las características de nuestro sistema político e institucional, no hay alternativas descentralizadas con dicha legitimidad que no sean los municipios. Uno de los déficits que existieron en el proceso de descentralización de la educación en los 80 es que precisamente los municipios en ese entonces no eran democráticos. Cuando ello se corrigió en los 90 no se resolvió el segundo...

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