Alma rusa - 29 de Octubre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 695729797

Alma rusa

Imperio

¿Por dónde partir? Quizás por la dimensión material. Aún hoy, después de fragmentada la antigua Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), la Federación Rusa es el país más extenso del mundo. Abarca la cuarta parte del territorio europeo, toda el Asia del Norte y parte del Medio Oriente. Reúne más de ochenta regiones, entre ellas veintiún repúblicas, donde conviven una multitud de grupos étnicos con diferentes culturas e idiomas. En Moscú, sobre todo, uno no se topa únicamente con el estereotipo del ruso eslavo sino con una enorme variedad de semblantes -desplazándose todos, eso sí, con el mismo apuro y con la misma severidad impresa en el rostro.

El sueño de unir a este mosaico de pueblos, lenguas y culturas en un solo imperio ha estado presente en Rusia por siglos. La oposición a ello ha sido a su vez -y lo sigue siendo- una constante de las restantes potencias europeas, que han visto en ese empeño, y con razón, una amenaza a la estabilidad mundial -o si se prefiere, a su hegemonía-. Lo mismo vale para Estados Unidos, para quien la creación de la URSS y la presencia mundial que esta alcanzó luego de su triunfo sobre los nazis en la Segunda Guerra Mundial fue mirado -y sigue siendo mirada- con una mezcla de admiración y temor.

Fue la aspiración a crear un imperio lo que motivó a Pedro I el Grande, a comienzos del siglo 18, a edificar la ciudad de San Petersburgo sobre lo que era un pantano, con la aspiración de competir en arquitectura, diseño y belleza con las principales capitales europeas. Esto mismo inspiró a los bolcheviques. Después de su triunfo en la revolución de 1917 lo que más se recuerda fue la quimera de construir, por primera vez en la historia de la humanidad, el socialismo. Pero el sueño de Lenin tuvo otro componente al menos tan importante como el anterior: reunir en un solo estado (la URSS) la multitud de pueblos desmembrados que habitaban ese inmenso territorio. Esto significó unir bajo la égida de Moscú, muchas veces de manera violenta y ahora bajo la bandera del socialismo, a pueblos que no tenían nada que ver unos con otros; pero en el fondo era continuar con el sueño de Pedro I y de los zares, destinado a volver a esta parte del mundo una fuerza gravitante en la escena mundial.

El respaldo popular del que goza Vladimir Putin, que es real, se basa en buena medida a que ha sabido recuperar y representar esta histórica aspiración de Rusia, en oposición a la figuras de Gorbachov, a quien una mayoría del...

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