Alguien te mira - 14 de Junio de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 573720226

Alguien te mira

Algunos vecinos se juntan en el pasillo que da a ese departamento y entran "piolitas". Salen después de un rato y él dice que se queda ahí, barriendo, haciendo como que no ha visto nada.

Llegan también "chiquillas" que son buenas para pedir pizza. Todas tienen llaves y cuenta que ya se aburrió de pedirles el carnet.

-Le he preguntado al arrendatario, pero él me dice que son amigos y amigas de él. !Yo trato de ser simpático, pero no tengo tantos amigos poh¡ No, si algo raro pasa en el departamento 43. Algo muy, muy raro...

Antonio trabaja como conserje en una emblemática torre de Providencia con Román Díaz. De voz grave, manos ásperas y ropa completamente azul, este portero no se atreve a que se sepa en qué edificio se gana el sustento.

Tampoco se anima a decir su verdadero nombre, pues asume que detallar la rutina de los residentes que diariamente custodia no es un buen plan. Así que pide que lo identifiquen como Antonio Aguilar, el charro mexicano que le recuerda a sus parientes de La Unión.

-¿Se imagina que me ponga a contar los secretos de los vecinos por el diario? No poh...

Entonces, enumera el sinfín de episodios de infidelidad que le ha tocado presenciar. Porque en esta mole de concreto, varios vecinos dicen que el ir y venir de muchas personas huele a prostitución. Y por ello, el camino de algún residente hacia uno de los departamentos apuntados como un lupanar, tendría un propósito claro.

También para Aguilar, quien habla con autoridad mientras ordena la pila de sobres cerrados que tiene sobre el mesón.

-Se supone que hacen masajes, pero a mí no me vengan con cuestiones. Varios vecinos andan agachaditos entrando a esos departamentos...

Figura escasa

En los tiempos que corren, la figura del conserje se ha vuelto fundamental. En una ciudad donde el crecimiento inmobiliario se ha ido desarrollando hacia arriba y donde el número de departamentos construidos ya igualó al de las casas, los porteros se han ido transformando en actores relevantes de la rutina diaria de los santiaguinos.

De ahí que no solo sean simples recepcionistas. Guste o no, día a día, noche tras noche, fines de semana, a veces en Navidad, otras en Año Nuevo o Fiestas Patrias, estos hombres sentados detrás del mesón de recepción son también los vigilantes de la intimidad. Dice Antonio:

-Yo trato de no meterme no más. Si llega un señor con una mujer que no es su esposa, 'buenas noches, adelante no más'. Si el hijo llega curado o caminando chueco, 'adelante joven, cómo...

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