La Alemania Oriental que conoció la Presidenta - 12 de Julio de 2015 - El Mercurio - Noticias - VLEX 577741790

La Alemania Oriental que conoció la Presidenta

Tal vez lo relativo a la influencia de la RDA se puede responder solo en términos aproximados, describiendo la RDA que Bachelet conoció y nunca ha criticado. Ella cruzó el Muro hace 40 años, y vivió allá en la segunda mitad de la década del setenta, entre los 24 y 28 años, un período breve quizás para conocer la mentalidad profunda de los cautos alemanes orientales, pero decisivo en la formación de un político. Residió en Potsdam, Leipzig y Berlín, trabajó para su partido, se casó, tuvo un hijo e hizo cursos de medicina. En entrevistas, califica de "muy felices" sus días en la RDA, y celebra sus prestaciones sociales, pero elude referirse al sistema de partido único o a la "franja de la muerte", donde fueron acribilladas más de 200 personas y miles pagaron con cárcel el intento de cruzarla.

Supongo que algunos aspectos particulares de la RDA de entonces deben haber dejado -como en muchos otros chilenos- su impronta también en la Presidenta y tal vez hasta se transparentan en su programa de gobierno.

Veámoslos.

PRIMERO: EL SECRETISMO ERA EFECTIVAMENTE INHERENTE a los gobiernos comunistas, y esto se debe a su origen y práctica. A su origen, porque los regímenes de Europa Oriental fueron instalados después de la Segunda Guerra Mundial por Stalin, quien entronizó a sus camaradas de confianza. Sin elecciones, el secretismo fue clave para instaurar esas dictaduras. Lo fue también en la práctica cotidiana: en ningún país comunista hubo elecciones libres porque el partido gobernante las habría perdido. Este consultaba los acuerdos sobre la gran política con el Kremlin, los refrendaba luego en el Buró Político local, que no superaba 15 miembros, y después los anunciaba al país. No trascendían debates a la población, de modo que a esta los cambios y purgas la tomaban siempre por sorpresa.

SEGUNDO: ERICH HONECKER ASUME EL PODER en septiembre de 1971 con el apoyo soviético, tras desplazar a Walter Ulbricht, que gobernaba la RDA desde su fundación, en 1949. Lo despoja del poder levantando un programa económico-social pro consumo individual. Ulbricht había priorizado la construcción de la industria pesada, y Honecker irrumpe anunciando que llegó la hora de distribuir a la población los frutos del socialismo.

Su Plan quinquenal 1971-1975 se propone por ello un ambicioso programa de construcción de viviendas, de bonos para matrimonios jóvenes, bonos por hijos, bonos para las madres que trabajan, así como el incremento de artículos de consumo. El programa...

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