Las alas de conaf sobre la Amazonía - 5 de Octubre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 817078505

Las alas de conaf sobre la Amazonía

El 27 de agosto el piloto Luis Basso estaba estudiando un manual de vuelo, pensando en la evaluación anual que tenía que rendir, cuando un jefe de la Unidad de Operaciones Aéreas de Conaf lo llamó para pedirle algo distinto: que dejara lo que estaba haciendo y empezara a calcular tiempos de vuelo y rutas hacia otros destinos. Los lugares, todos los que le pidieron, tenían algo en común. Eran puntos por donde se estaba expandiendo el incendio en la Amazonía.Basso, de 49 años, había seguido con atención esa noticia. Lo preocupaba, explica a través de un correo electrónico, porque era una tragedia que "afecta a nuestro hemisferio de forma muy severa". Por eso cuando supo que lo destinarían a Paraguay durante un mes, y que despegaría en dos días más para ayudar en ese foco del siniestro, se alegró. De cierta forma, agrega, era algo que se esperaba. Y algo, también, para lo que se sentía preparado:-Poca gente sabe que debido al cambio climático y el actuar negligente de las personas, hoy en día incluso tenemos incendios durante el invierno en Chile. Son menos, pero todos los meses tenemos incendios.El desastre había comenzado más de un mes antes. Para el 15 de junio ya era posible identificar más de 9 mil focos en la Amazonía, cuya área afectada se extendía entre Brasil, Bolivia, Perú y Paraguay. Cuatro días más tarde, el humo de las llamas empujado por el viento, logró ennegrecer el cielo de San Pablo y sofocar humedales en Paraguay. Poco después de que Basso recibiera la orden, a comienzos de septiembre, los cálculos de las autoridades de Brasil arrojaban que se habían perdido alrededor de 1.698 kilómetros cuadrados de cobertura vegetal en la porción amazónica de ese país.En respuesta a eso, dice el ministro de Agricultura, Antonio Walker, Chile ofreció su ayuda: se comprometieron "cinco aeronaves de Conaf que fueron a combatir los incendios en la Amazonía brasileña y paraguaya". Dos de estos aviones Air Tractor son de la flota de Conaf y tres arrendados. En total, eran ocho pilotos. El primero en partir fue Basso junto a su compañero Mario Corrales. Dos aviones más partirían el 1 de septiembre, pero rumbo a la base aérea de Cachimbo, en la selva brasileña.Ahí iba José Ignacio Caminos, de 50 años, que había visto a sus compañeros partir a Paraguay, pensando en la posibilidad de que también lo llamaran. De hecho, se había ofrecido para la misión. Por eso es que el pedido de Conaf tampoco lo sorprendió. Es más, explica Caminos por teléfono, participar de esto se lo había planteado como una meta. Por eso al momento de subirse al avión -explica- "me sentí feliz".Rodrigo López fue de los últimos en partir. Despegó el 2 de septiembre, después de que Conaf contratara los servicios de la empresa en la que trabaja para apoyar esta misión. Por lo mismo, no era algo que esperara y...

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