Aferrados al poder - 1 de Diciembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 698083733

Aferrados al poder

Cuando la ola bolivariana ya no brilla como en la época de Hugo Chávez, en Venezuela y en Bolivia se busca perpetuar los regímenes, abusando del voto popular que todavía mantienen cautivo. Evo Morales, quien goza aún de una alta popularidad, aunque menor de la que acostumbraba, anuncia una candidatura para un cuarto mandato, amparado en el impresentable fallo del Tribunal Constitucional, mientras su par venezolano tantea el terreno para adelantar elecciones presidenciales, aprovechando el desconcierto de la oposición tras su última derrota electoral y el anuncio de que esta no participará en los comicios municipales.

La democracia es un sistema político con muchas fallas, pero a pesar de sus imperfecciones hay consenso en que es la mejor forma de gobierno. Los gobernantes autocráticos, como Morales y Nicolás Maduro, abusan de estas falencias para obtener votaciones favorables, movilizando grupos sociales beneficiados por sus políticas clientelistas. Con esta estrategia, en ambos países los electores están divididos en partes iguales, con un margen mínimo de diferencia, que el oficialismo ha sabido manipular.

Hoy en Bolivia se vive la farsa de que rige una Constitución, la de 2009, elaborada por una Asamblea Constituyente amplia y democrática, en la que se incorporaron derechos sociales y políticos -y hasta el derecho a un mar soberano- que serían los principios rectores de una democracia progresista e inclusiva. Mientras le sirvió, Morales esgrimió ese proceso como fundacional de un Estado plurinacional en el que todos los sectores sociales, especialmente los vulnerables, estaban protegidos, y que perduraría en el tiempo, porque estaba empeñado en que el MAS se quedaría para siempre.

Tras el fallo del TC, bolivianos indignados salieron a la calle en Santa Cruz, Cochabamba y La Paz a manifestarse en contra de lo que consideraron el inicio de un camino parecido al de Venezuela. Con la votación en el referéndum de febrero de 2016, la mayoría de los bolivianos ya habían rechazado una nueva postulación, lo que enfrentó a Evo al dilema de que, sin un delfín ganador, su partido no podría mantener el poder. Surge así la campaña para habilitar otra...

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