Adrenalina y relajo en el valle del Aconcagua - 19 de Junio de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 906416654

Adrenalina y relajo en el valle del Aconcagua

L as aguas azul y gris de la laguna el Inca estaban tan quietas que reflejaban todo a su alrededor. Como un efecto mágico, o un espejo desmesurado, las gigantescas cumbres de los Tres Hermanos (de 4.751, 4.595 y 4.274 metros de altura) se duplicaban con claridad en la superficie del agua. En las inmediaciones no había ruido ni gente ni otras alteraciones. Solo la cordillera y el rojo chillón de los kayaks que Julio Barrantes, operador turístico de Van Sueños Aventura de Los Andes, había preparado para que nos adentrásemos en la laguna."La leyenda dice que los incas conocían el valle del Aconcagua y que venían a esta laguna para hacer rituales", decía Barrantes cuando nos detuvimos para descansar, en medio del agua. "Se cree que todas las noches, el inca Illi Yupanqui viene a llorar a su enamorada Kora-Ile, quien murió antes de que la pareja pudiera casarse. El novio enterró a su amada en el fondo de esta laguna y, desde entonces, estas aguas se tiñeron del color de sus ojos. De allí su nombre", añadió antes de regresar a la orilla. Ese era, más o menos, el espíritu de las actividades que realiza en las proximidades de estas cumbres.En ese momento, nos encontrábamos a tres mil metros de altura y a solo 80 kilómetros de la frontera con Argentina (por el mismo camino internacional que conduce a Mendoza), al lado del gran hotel amarillo que caracteriza a la zona de Portillo, un tradicional centro de esquí con panorámicas sorprendentes del agreste paisaje andino.Era mi segundo día de recorrido por las montañas andinas de la Región de Valparaíso. Aunque no era mi primera vez aquí. Sin muchos recuerdos (más allá de las visitas infantiles al santuario de Santa Teresa de Los Andes con mi abuela Nena), llegué un jueves de junio para echar un vistazo a lo nuevo e imprescindible del valle transversal más austral de Chile, el de Aconcagua, el hito geográfico marcado por el río del mismo nombre, que separa al Norte Chico de la Zona Central. Y luego de unos días, adentrándonos por este lugar, encontramos una serie de panoramas amigables, con coloridos pueblos de adobe e interesantes historias populares. Pero también, dimos con increíbles zonas para hacer trekking y escalada, o con fértiles caminos que de alguna manera parecían un cruce entre los colores ocres, amarillos y grises del cajón del Maipo con las tradiciones campesinas del valle de Colchagua.Era solo el comienzo de lo que encontraríamos.Una preocupada Vanessa Salinas, guía local de Turismo Putaendo, nacida y criada en esta zona, no guardaba su inquietud: "El paisaje de este valle sufrió un cambio drástico con la sequía y nos tenemos que preparar para enfrentar nuevos escenarios. Dejar atrás la nostalgia y ocuparnos".Era una especie de resumen de su mirada sobre el valle del Aconcagua, a medida que avanzábamos por los caminos interiores de Putaendo.A lo largo de la ruta, ricas plantaciones de árboles flanqueaban el paisaje...

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