Adolescentes y jóvenes la dependencia de los videojuegos - 25 de Enero de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 883124392

Adolescentes y jóvenes la dependencia de los videojuegos

E ra junio de 2020. Marcelo, un niño de 11 años que cursaba quinto básico, gritaba desde su dormitorio: "¿Por qué me mataron?". La protesta -a medio camino entre el lamento y la rabia- resonaba cada vez que perdía una partida de Fortnite, un videojuego de batalla en línea. Diariamente, el adolescente se instalaba frente a la pantalla de su computador y se ponía sus audífonos cintillo con micrófono y se conectaba con otros jugadores, en su mayoría muchachos de su edad.A medida que pasaban las horas y se repetían los combates, la voz de Marcelo subía. Los gritos no paraban. En medio de la primera oleada de la pandemia sus gritos comenzaron a afectar a Javiera y Paulina, sus hermanas mayores, de 16 y 20 años, respectivamente, quienes no podían concentrarse en sus clases online . Para ellas poner atención a las materias era una tarea casi imposible.-Cuando gritaba le tenía que decir: "Marcelo, para. Sal de tu pieza". Se frustraba mucho, como si fuera algo de vida o muerte -cuenta su madre, Rossana Toro, quien vive con sus tres hijos y trabaja en una compañía de seguros, y entonces realizaba teletrabajo.Rossana Toro recuerda que antes de la pandemia su hijo menor solo dedicaba un par de horas del día a jugar. En mayo de 2020, cuando se decretó confinamiento obligatorio para el 90% de la Región Metropolitana, le decía a su madre: "Estoy aburrido". Al principio, trató de ignorarlo, pero el niño comenzó a hacer destrozos en la casa: desarmó el computador, después cambió los muebles de su pieza y se le cayó la televisión.Rossana Toro intentó ocupar el tiempo libre de él en otras actividades, pero llegó un momento en que no sabía cómo entretenerlo. Sin que ella se diera cuenta, Marcelo comenzó a jugar excesivamente videojuegos, un pasatiempo que en su caso aumentó exponencialmente durante el confinamiento.-Para trabajar tranquila, dejé de controlarlo. Yo decía: "La única manera de que este cabrito esté piola es que juegue" -reconoce la madre y agrega:-Esto se hubiera evitado si yo hubiese tenido más tiempo y mejores herramientas para manejar la situación.El panorama se complicó, reconoce, por su sistema de trabajo. Al comenzar la pandemia trabajaba de manera presencial una semana por media. Casi dos años después, Rossana Toro aún no normaliza sus horarios: ahora trabaja dos semanas en la casa y otras dos presencial. La madre comenta que en la casa tenía mucho más control sobre los horarios y las actividades de su hijo, pero al momento de retornar a la oficina lo perdió completamente.-Esta situación llegó a afectar, incluso, la asistencia a clases online de mi...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR