Adiós a un símbolo: las historias que deja la Casa de Ejercicios de Punta de Tralca - 9 de Agosto de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 847147447

Adiós a un símbolo: las historias que deja la Casa de Ejercicios de Punta de Tralca

A fines de julio, mediante un comunicado, el Arzobispado de Santiago y la Fundación Santa María del Sur, en su condición de sostenedora, informaban el cese formal de funciones de la Casa de Ejercicios de Punta de Tralca, y su devolución al Seminario Pontificio Mayor de Santiago, propietario del terreno. La medida se concretará el 31 de octubre y consideró la imposibilidad económica de realizar las modificaciones de infraestructura acordes a las nuevas exigencias.La actual normativa que rige el funcionamiento de lugares de convención, según la Iglesia capitalina, implicaría "adaptaciones eléctrico-sanitarias, nuevas cocinas, mejorar la calidad de las dependencias, implementar nuevas medidas de higiene y accesibilidad, entre otras".Añade que "estas exigencias superan con creces las posibilidades económicas de la arquidiócesis, lo que se ve agravado por la baja ocupación -para actividades de culto- que estaba teniendo el recinto (solo un 8% de su capacidad total)".¿Qué pasará con el inmueble?El arzobispado indica que "aún no hay propuestas respecto de su destino, pero es un tema que el Seminario deberá discernir y comunicar a su tiempo".Quienes recorrieron sus pasillos en días de vacaciones, fueron parte de retiros, misas o asambleas, recuerdan hoy con nostalgia los momentos vividos en el inmueble ubicado en la comuna de El Quisco, región de Valparaíso.FuncionamientoEl 31 de octubre se concretará el cese formal de funciones de la casa ubicada en Punta de Tralca. El lugar favorito del cardenal Silva HenríquezAl conversar con sacerdotes y laicos vinculados a la casa, coinciden en que fue un espacio de reflexión. Además, destacan la tranquilidad que el lugar siempre les entregó. Ambas cualidades hicieron que se transformara en un lugar de visita frecuente para el cardenal Raúl Silva Henríquez.Quienes compartieron con él, cuentan que muchas veces invitaba a cercanos a pasar un fin de semana. Para atenderles, él mismo, junto a su chofer, iban a San Antonio a comprar mariscos y otros productos para el almuerzo.No era extraño verlo caminar por la playa hacia el sector de La Puntilla, con su sombrero y, ya mayor, con bastón. Ahí, muchas veces compartió con Pablo Neruda."No es que fueran amigos, que se pusieran de acuerdo para encontrarse. Pero sí, eran dos personajes de la vida nacional que, lógicamente, de vez en cuando se encontraban con ocasión de su cercanía en Punta de Tralca e Isla Negra", rememora el sacerdote Mario Garfias (94).Otro aspecto...

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