Adiós a la indigencia: Utrecht, la ciudad donde nadie será pobre - 16 de Enero de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 591679774

Adiós a la indigencia: Utrecht, la ciudad donde nadie será pobre

Ese experimento tiene un nombre: ingreso básico, subsidio universal o ingreso incondicional de existencia. Se trata de una renta regular, atribuida sin condiciones, que permitirá a todo ciudadano, desempleado o no, hacer frente a sus necesidades esenciales.

Para comenzar la experiencia entre sus 300.000 habitantes, Utrecht escogerá a 300 personas que estén actualmente desempleadas o que sobreviven con ayudas sociales mínimas. Cada adulto recibirá 900 euros por mes y cada familia, 1.300 euros. La suma atribuida no cambiará, aun cuando encuentren trabajo.

Los defensores del "ingreso universal", como la ONG Basic Income Earth Network, están convencidos de que ese modelo permitirá erradicar la miseria, luchar contra las desigualdades y favorecer la emancipación de los individuos. Liberado de las presiones financieras, cada beneficiario podrá escoger el trabajo que desea cumplir y lanzarse a otras actividades, como el voluntariado o la formación, afirman.

En el origen de la experimentación se encuentra el University College de Utrecht, que de esa forma intenta verificar si el "ingreso universal" genera una forma de pasividad o, por el contrario, beneficia al conjunto del cuerpo social. Los resultados serán analizados por el eminente economista Loek Groot.

La idea bien puede parecer ridícula e incluso políticamente absurda en época de austeridad. Pero en Utrecht y en otras 19 municipalidades holandesas el sueño de trasnochados teóricos está por convertirse en realidad.

Porque la idea no es nueva. Desde hace siglos ha contado con la adhesión de socialistas, libertarios e incluso militantes de extrema derecha. El primero en proponerla fue Thomas Paine en 1797, en un panfleto titulado Justicia agraria. Paine argumentaba que, llegado a la mayoría de edad, todo ciudadano debía recibir una misma cantidad de dinero, un "ingreso básico" pagado por el Estado, sin condiciones, para que lo utilizara como quisiera.

En los años 70 hubo experiencias similares en Estados Unidos, bajo la influencia de Milton Friedman, que conceptualizó el "impuesto negativo" en "Capitalismo y libertad". Otros lo imitaron en Canadá, Namibia e incluso recientemente en el estado indio de Madjya Pradesh. Brasil inscribió en su Constitución el ingreso básico como ideal por alcanzar; el nuevo gobierno finlandés se comprometió a concretizarlo, y los suizos se pronunciarán por referendo este año.

Incluso los íconos de Silicon Valley -como Jeremy Rifkin o Jaron Lanier- promueven el...

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