Acuerdo constitucional del 15-N: La derecha contrarreloj - 15 de Marzo de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 841207780

Acuerdo constitucional del 15-N: La derecha contrarreloj

El sábado 9 de noviembre, en la casa de Andrés Allamand, se juntaron a comer los DC Matías Walker y Fuad Chahin, y los RN Paulina Núñez, Mario Desbordes, Gonzalo Fuenzalida más el dueño de casa. El día antes se había reunido el equipo de RN con miembros del PS y alguien solicitó que la replicaran con miembros de la DC.En la comida se habló de lo mismo que el día anterior: la convención mixta, fórmula que le gustaba al partido de centroderecha. Los decé fueron más receptivos que los socialistas, porque recordaron que Ignacio Walker y Patricio Zapata habían escrito al respecto.El día después, domingo 10, Chile Vamos tenía una cita para hablar del tema en la casa del Presidente Sebastián Piñera.Según cuentan, por esos días el mandatario se encontraba variando su posición inicial. Se abría a la posibilidad de reformas a la Constitución, dentro del marco institucional vigente y apuró el proceso. Citó entonces a los presidentes de partido de su coalición a su casa.Para prepararse había hablado con lo que se conocen como "figuras republicanas", dicen, para recibir consejos. Y con abogados constitucionalistas.Su proceso, dicen quienes estuvieron cerca de él los días anteriores al acuerdo del 15 de noviembre, fue "paulatino". El 9 de noviembre, el Presidente planteó la idea de hacer cambios a la actual Constitución en una entrevista en "El Mercurio". Pero en La Moneda sabían que no iba a bastar con esa solución, y que habría que abrirse al debate de fondo.El domingo 10 en la mañana, en Canal 13, el ministro del Interior, Gonzalo Blumel, dijo: "Estamos abiertos a discutir el tema constitucional que pueda incluso derivar en una nueva Constitución".Pero esa noche, a la casa del Presidente, en San Damián, los dirigentes no llegaron con el mejor ánimo. La conversación a veces fue subiendo de tono. Especialmente entre el presidente de RN, Mario Desbordes, y de la UDI, Jacqueline van Rysselberghe, quien de vez en cuando hablaba por teléfono con el senador UDI Juan Antonio Coloma y endurecía aún más su posición. Un asesor presidencial señala que Piñera sabía que se encontraría con dos posiciones totalmente antagónicas.Algunos querían entrar al proceso y otros no. El Presidente les planteó que, más que discutir sobre el procedimiento, se vieran los principios básicos que querían en la Constitución, pero les enfatizó que era fundamental afirmar el "tercio" de Chile Vamos, para que las reformas tuvieran que acordarse con ese quorum . Y les dijo que iban a enfrentar el peor de los mundos si entraban a un proceso constituyente no tradicional divididos.A la salida, Blumel propuso un Congreso Constituyente para una nueva Carta Fundamental y fue quien tomó el liderazgo. El gobierno estaba por el Congreso Constituyente y después se empezó a abrir a una convención mixta. El debate estaba abierto.Sin embargo, el lunes siguiente, el consejo DC definió por unanimidad apoyar una Asamblea Constituyente, lo que sería refrendado en una declaración, el martes 12, por toda la oposición, la cual dejó desconcertado al gobierno, que inició una ronda de llamadas y, en las que según un personero de La Moneda, "hubo varios que manifestaron su arrepentimiento". Ese martes, el rebrote de la violencia precipitó el proceso al máximo y cambió el marco de la discusión.Dos días después, en medio de una tensión enorme, con la preocupación por el primer aniversario de la muerte del comunero mapuche Camilo Catrillanca, con amenazas de fuertes efectos económicos e incremento de la violencia, los parlamentarios tuvieron que comenzar a ponerse de acuerdo. Había que descomprimir la presión."Se hablaba de rebelión popular, de que podía caer el gobierno, de sacar a los militares sin retorno", dice hoy un miembro del gobierno ante las críticas de algunos sectores de derecha de que "se entregó la Constitución". Un personero de Chile Vamos replica: "Fuimos los bomberos; no iniciamos el fuego".Noche de violencia"!Saquen a los militares¡". El tono de los mensajes de WhatsApp y llamados que recibían varios personeros de gobierno, partiendo por el Presidente Piñera, era duro e insistente. Había caído la noche y el Presidente iba de vuelta a La Moneda mientras Blumel le daba detalles de la situación, que era en extremo delicada.Asesores del comandante en jefe del Ejército, general Ricardo Martínez, también recibían recados. Políticos de distintos sectores pedían una "señal más enérgica" de los militares, solicitud que también llegaba a la Armada, según asegura uno de los involucrados en esas conversaciones. "Los llamados eran transversales y el mensaje era claro: ver la posibilidad de que los militares dieran alguna señal que propiciara, entre otros "asuntos", elecciones adelantadas. La respuesta del Ejército era la misma para todos: el Ejército se apega a la Constitución y no se apartará de ella", señala una fuente.Al Presidente Piñera algunos le pedían directamente "Estado de sitio"; lo emplazaban: "!¿Qué está esperando?¡".En La Moneda se empezó a evaluar seriamente el Estado de Excepción. De hecho, los...

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