El aborto en el Día de la Mujer - 6 de Marzo de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 606943974

El aborto en el Día de la Mujer

Ese día celebra la lucha por suprimir la desigualdad de género.

En todas las culturas (y la chilena no es por supuesto una excepción) se asocia el sexo de que cada uno es portador con el lugar que debe poseer en la división del trabajo y la distribución del poder. Por ejemplo, muchos piensan (y aunque de la boca para afuera digan lo contrario) que a la mujer le corresponden las tareas privadas del hogar y el cuidado de los hijos, es decir la reproducción de la vida, y al hombre la manutención de la familia, el desenvolvimiento en el ámbito de lo público. Esa asociación no es, por supuesto, inocente. Si bien suele presentarse como una asignación impuesta por la naturaleza (o por Dios), se trata de una cuestión política. Cuando se la efectúa se está decidiendo que las mujeres dispondrán de menos poder que los hombres a la hora de desenvolver su vida conforme a su propio discernimiento.

Esa asociación entre sexo y papeles sociales -el género- no está impuesta por la naturaleza, sino por la cultura. Y el Día Internacional de la Mujer se ha propuesto recordarlo para que ninguna sociedad tolere que a pretexto de la naturaleza se impongan a la mujer papeles, roles u obligaciones que la subordinen o la sometan.

Un buen ejemplo -incómodo, pero un buen ejemplo de lo que ese día exige- es el aborto en situaciones excepcionales que por estos días deberá decidirse en la Cámara de Diputados.

El caso más obvio es el de la violación.

Cuando una mujer es violada se la reduce a la condición de cosa. Es la vejación más extrema que puede sufrir una mujer. Y la huella de esa vejación se extiende en el tiempo cuando de ella resulta un embarazo. Se trata de una experiencia exclusiva de una mujer: anidar una vida humana que es resultado de un acto de fuerza que la cosificó. Lo más parecido a eso que podría ocurrir a un hombre, según el experimento mental de Thomson ( Philosophy y Public Affairs , Vol. 1, N° 1, Fall, 1971), es que mientras duerme se conectara, sin él consentirlo, un riñón suyo a un enfermo hasta encontrar, para este último, un donante que permita trasplantarlo. La mujer violada y el hombre conectado estarían en la misma situación: una vida extraña dependería de ellos. La pregunta entonces que cabe formular es si acaso resulta correcto coaccionar a la mujer para...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR