El niño que tenía dos papás - 26 de Octubre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 540606274

El niño que tenía dos papás

Y por si alguien tuviera alguna duda, nada menos que la Dibam le ha dado su patrocinio. Me imagino que no faltará un ejemplar en cada Bibliometro. Así los pasajeros podremos deleitarnos con este trabalenguas digno de Quevedo:

"Hay niños que viven solo con una mamá o un papá, otros con mamá y papá, y hay otros que viven con dos mamás o con sus abuelos o tíos. Yo vivo con mis dos papás", dice Nicolás, un niño que pronto se transformará en un personaje más popular que Papelucho.

Por desgracia para sus promotores, un episodio de barbarie vino a empañar la hermosa ceremonia de su lanzamiento en la Universidad de Chile. Una mamá evangélica osó comentar que ella no quería algo así para su hijo. En todo caso, para tranquilidad de los presentes, no faltaron los censores que la hicieron callar con prontitud.

La interpretación de este acontecimiento histórico estuvo a cargo del vocero del Movilh: "En los 90 llegamos a las universidades, en el 2002 a la enseñanza media y en el 2008 a la básica. Hoy, gracias al respaldo de muchas instituciones que creen en esta causa y confían en nuestra trayectoria, llegaremos a los jardines infantiles". Nadie se salva de la marea rosa.

Sin quererlo, esta discusión nos proporciona un interesante argumento a quienes pensamos que la educación jamás puede ser neutral. Supongamos que el Movilh tiene la razón, y que tener dos papás es un hecho tan inocuo como tener dos abuelas. Una postura semejante solo puede fundamentarse sobre la base de una determinada visión del hombre. Dicho con otras palabras, para darle la razón al Movilh es necesario adscribir a una determinada filosofía.

Lo mismo, por supuesto, vale para el caso contrario: si pensamos que criarse con dos papás no es la mejor de las posibilidades para nuestros niños, es porque tenemos otra visión del hombre, otra filosofía.

Algún simplista dirá: "¿Dónde está el problema? Lo mejor es que cada uno escoja". Muy bien, pero ¿quién escoge? ¿Los papás? ¿El ministro Eyzaguirre? ¿La tía del jardín? ¿El niño? Cada una de estas respuestas está impregnada de filosofía.

Con todo, las posibilidades fundamentales parecen ser dos: o eligen los papás o elige un funcionario (sea la tía, la autoridad de la Junji o el ministro). Cada una...

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