Nerviosismo de la bolsa brasileña refleja la incertidumbre sobre el próximo Presidente
La tensión en el mundo bursátil ha sido alta en las últimas semanas, tal como lo ha demostrado el Bovespa, el principal indicador del mercado de acciones brasileño, que no ha dejado de dar saltos nerviosos frente a la incertidumbre por las ajustadas elecciones presidenciales de este domingo. La Bolsa de Sao Paulo, la séptima más grande del mundo y la mayor de Latinoamérica, se ha convertido en un termómetro de la contienda electoral entre la Presidenta Dilma Rousseff (Partido de los Trabajadores, PT) y el opositor Aécio Neves (Partido de la Socialdemocracia Brasileña, PSDB), en el que las flechas rojas en los tableros electrónicos de Bovespa suelen responder a que la última encuesta le dio ventaja a la Mandataria.
Solo ayer, el índice cayó 3,24%, con bajas sensibles en los títulos de la estatal Petrobras, Electrobras y el Banco do Brasil. Y las pérdidas acumuladas en el año suman 1,54% en moneda local. Al contrario, cuando el candidato socialdemócrata apareció punteando en los sondeos, hace una semana, las acciones llegaron a subir casi 6% en una jornada, mostrando claramente por quién votarían los mercados.
"Este nerviosismo que ha mostrado la bolsa es algo exagerado e históricamente suele acompañar a las elecciones presidenciales en Brasil", explica Carlos Antonio Luque, académico del departamento de Economía de la Universidad de Sao Paulo. "Sin embargo, es indudable que existe una preocupación por la política económica actual (...) Hay una desconfianza cada vez más fuerte de la propuesta del PT".
Las cifras con las que Rousseff cierra su primer mandato apuntan a un estancamiento de la principal economía de Latinoamérica. Tras un alza importante de 7,5% del PIB en 2010, Brasil lleva cuatro años creciendo a tasas debajo del 3% -entre los peores niveles de los países emergentes-, y luego que el PIB se contrajera 0,6% en el segundo trimestre de este año, la economía entró en recesión, una de las peores noticias que puede recibir un Presidente-candidato.
Las previsiones son que en 2014 el PIB crezca un ínfimo 0,27% y en 2015 apenas 1%. Mientras, la inflación ya se ubica en 6,7%, por sobre la meta anual del Banco Central, en tanto que algunas agencias calificadoras han reducido de "estable" a "negativa" la nota de la deuda del país.
A favor de Dilma, el desempleo se ha mantenido muy bajo, y ayer se informó que cayó en septiembre a 4,9%, el menor índice para este mes en 13 años.
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