Catherine Russell
-Era joven, era rubia y cuando llegaba a las entrevistas en el Capitolio, la gente me preguntaba: "¿Estaría interesada en ser asistente o recepcionista?" -cuenta por teléfono, a pocos días de viajar a Chile para participar en el congreso de WeAmericas, organizado con el apoyo de la Subsecretaría de Economía, que reúne esta semana a más de 140 mujeres latinoamericanas con el objetivo de promover el emprendimiento femenino.
-Yo pensaba "¿Esto es una broma? -sigue, divertida-. Por eso creo hasta el día de hoy que haber estudiado leyes fue una buena decisión. Me ayudó a entrar a otra categoría. Me ayudó a tener más credibilidad frente al resto de la gente del Capitolio y en los procesos políticos, sobre todo porque es un mundo que sigue siendo dominado por los hombres.
De voz suave y tono cercano, la embajadora Russell parece ser una mujer sencilla. Lo suficiente al menos para bajarle el tono a sus méritos. Desde su puesto, está a cargo de los intereses de la mitad de la población del planeta: las mujeres. Le responde directamente al secretario de Estado norteamericano, John Kerry; está casada con un ex asesor de Seguridad Nacional del Presidente Obama y trabajó durante años con Joseph Biden cuando era senador. Luego fue jefa de gabinete de su mujer, la doctora Jill Biden.
A lo largo de su carrera, Catherine Russell, no solo "entró a otra categoría".Y más que "credibilidad", se ganó la extrema confianza de algunas de las figuras más poderosas del gobierno estadounidense. Por eso, muchos vieron en su nombramiento como embajadora en misión especial para asuntos globales de la mujer, en mayo de 2013, el primer reconocimiento público de los mandamases a una profesional de la política que siempre había trabajado en la sombra.
"Ella está muy bien conectada y de una manera muy discreta", comentó el Vicepresidente Joseph Biden al New York Times, poco después de que ella asumiera. Y agregó que contaba con el respaldo de tres personas fundamentales: "John Kerry, yo y el Presidente".
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El cargo de embajadora en misión especial para asuntos globales de la mujer es bastante reciente. Fue Hillary Clinton quien lo creó, mientras era secretaria de Estado, con el objetivo de integrar los temas de género a la política internacional. La primera en asumir en ese puesto fue su amiga Melanne Verveer, quien había sido su jefa de gabinete cuando era Primera Dama. La llegada de Russell convirtió el puesto -que era de confianza- en un cargo permanente.
"Cathy aboga hace tiempo por las mujeres, por la justicia, por la igualdad", declaró Obama cuando anunció su nombramiento. "Sabemos que será una voz poderosa a la hora de defender los intereses de mujeres alrededor del mundo".
La embajadora Russell dice que de joven nunca pensó en trabajar en política. Entró a filosofía, cuenta, con el objetivo de tener "una formación sólida en humanidades". Era estudiante aún cuando una amiga la...
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