Buscando cubanos en los cayos
-Nunca verás cubanos en altamar, a menos que pertenezcan a una tripulación -responde Ayerim.
No hay cubanos. En la embarcación -salvo por Elvis, por Ayerim- solo hay extranjeros. El incierto futuro de la dualidad monetaria cubana, que se discute por estos días en la isla, no es un tema a bordo. Las preocupaciones aquí son otras. Tomar la mejor foto. Decidir en la barra libre entre cerveza, Cuba libre, whisky o vodka. Buscar el ángulo perfecto para que el bronceado resulte parejo.
En un momento El Intrépido se detiene en medio del mar. Todos se lanzan a hacer esnórquel. Allá abajo se ven peces sargento mayor, el nombre en el inicio de una lista que incluye muchos otros.
Ayerim no se lanza al agua. Ayerim es la manera en que se dice "Mireya" al revés. Ayerim se llama así porque, cuando nació, en los años setenta, en Cuba estaba de moda invertir los nombres convencionales. Así se volvieron típicos Adnaloy en vez de Yolanda, y Mairim por Miriam.
Ayerim es la guía de este viaje y antes de ser guía nunca se había internado mar adentro. No podía. No tenía el permiso de navegación que da la aduana del puerto a los tripulantes de un catamarán turístico como este y a los capitanes de embarcaciones pesqueras menores, no aptas para soportar el altamar.
-A principios de los 90, si el cubano podía robar un catamarán o un barco para partir, lo hacía -explica.
Por eso, cuando Ayerim navega, graba videos. Esa es la manera que tiene para compartir el mar con su familia.
Cayo Blanco es uno de los más de dos mil islotes que rodean Cuba. Fue "descubierto" por los hoteles de Varadero y hoy es la opción para los que quieran dejar por un rato las comodidades del "todo incluido" y hacerse la idea de lo que es -o era- una playa cubana virgen, salvaje.
Cayo Blanco es en rigor una franja de playa con agua celeste, adornada por palmeras, sin más infraestructura que un muelle de madera y unas mesas también de madera donde se puede comer langosta, camarón, pescado. No hay hoteles, no hay posadas, no hay alojamientos de ningún tipo. Es todo lo opuesto a Varadero, posiblemente la costa más explotada por el turismo en Cuba. Tanto que hasta tiene pedazos de playa artificial (hechos con arena traída de otras playas) producto del daño ambiental que provocaron construcciones que se acercaron demasiado al mar.
Es sabido que Varadero fue alguna vez una playa desocupada, pero eso acabó cuando cayó la URSS y el país se vio obligado a paliar la escasez abriendo las puertas al turismo. Tanta es la popularidad de este destino que pronto se inaugurará aquí...
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