A propósito - 10 de Septiembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 527498706

A propósito

Blatter, como la mayoría de los dirigentes del fútbol, es un tipo controvertido. Así fue siempre, aunque por distintos motivos. Inicialmente se trató de "mecenas", ciudadanos exitosos que ayudaban a los clubes a mantener al día su economía o sostenían directamente a algunos jugadores. Más adelante, les interesó principalmente el primer plano, obteniendo una fama y un prestigio que les permitían un grado de cercanía y simpatía con las autoridades relacionadas con su actividad particular. Más tarde se interesaron directamente en el negocio, algunas veces robando de la caja del club, otras adquiriendo pases de jugadores y en las diversas formas que "la industria" permite.

Blatter no es ajeno a la controversia y muchos dudan de sus móviles, que según él consisten, esta vez, en introducir mayores recursos tecnológicos al fútbol. Lo concreto es que desde su primera elección, en 1998, viene apareciendo vinculado a sucesos oscuros en los que el denominador común es el robo.

Pero lo que el suizo sabe es que la memoria es frágil y que la edad no es obstáculo (total, Henry Kissinger, pasados los 90 y a pesar de todo, insiste en dar consejo a los presidentes de Estados Unidos). Por lo tanto, Blatter sabe que las verdades suelen desenterrarse cuando los protagonistas son enterrados o están a punto. De más sabe los casos de Joao Havelange y Nicolás Leoz.

No cabe duda de que las autoridades del fútbol se han desprestigiado con el correr de los años. El fútbol, obviamente, no es la excepción.

En lo personal, cada vez que un mal elemento directivo sale de circulación y me...

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