30 años después de Duvalier - 7 de Febrero de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 593147470

30 años después de Duvalier

Hoy, ese optimismo, y la transición política y los mejoramientos socioeconómicos que lo acompañarían, son, para la enorme mayoría de haitianos, recuerdos lejanos de sueños postergados. Haití sigue siendo un país de una pobreza, desigualdad y falta de oportunidades impresionantes. Sus sueños de democracia han ido y venido, alternándose entre períodos de gobierno incierto o pacífico y la pesadilla de gobiernos derrocados, acompañados de violencia y muerte. La disfunción del proceso político, de las instituciones nacionales y del liderazgo han llegado a caracterizar lo que se ha convertido en una transición eterna a la democracia. Durante 18 de los últimos 30 años, Haití ha estado ocupado por misiones de paz de la ONU, incluyendo la actual Minustah, que llegó en 2004. Durante nueve de esos 30 años el país fue gobernado por su ejército, que no existe desde 1995, o por regímenes interinos. Aunque Jean-Claude Duvalier, quien regresó a Haití en 2011, nunca recuperó el poder y murió en 2014, el fantasma del duvalierismo sigue persiguiendo a Haití, ya que el país aún lucha por liberarse de un régimen de un solo hombre y de prácticas no democráticas.

Ahora la nación caribeña está a punto de ser liderada una vez más por un gobierno interino. Esta vez debido a que su actual Presidente, Michel Martelly, no apoyó los procesos democráticos en sus cinco años en el poder ni dirigió un proceso electoral viable para determinar a su sucesor. Martelly llegó a la Presidencia en 2011 después de unas polémicas elecciones en las que cerca de uno de cada cuatro haitianos inscritos votó. Caracterizadas por la falta de transparencia, protestas callejeras y una fuerte interferencia internacional cuyo propósito era escoger a un ganador que tuviera la docilidad suficiente para satisfacer los intereses internacionales, esos comicios parecían más un logro impuesto que un ejercicio que sus habitantes habían adoptado.

Los intereses internacionales, además del ítem de "elecciones hechas", están definidos en gran medida por el control de la emigración, el mantenimiento de la estabilidad y el manejo de la pobreza. Esto último se hace con la creación de empleos fabriles mal remunerados o la canalización de grandes sumas de ayuda internacional, de las cuales gran parte son capturadas por las élites nacionales o internacionales, sin que llegue casi nada a los que lo necesitan.

Como resultado, no se están abordando las causas fundamentales de la pobreza y la desigualdad que siguen...

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