En 2018, EE.UU. recuperaría su capacidad de enviar misiones espaciales tripuladas - 24 de Agosto de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 692073777

En 2018, EE.UU. recuperaría su capacidad de enviar misiones espaciales tripuladas

Si todo sale de acuerdo a lo programado, su primera cápsula tripulada Dragon 2 viajará al espacio en junio del próximo año impulsada por el cohete Falcon 9.

Esto, según el último calendario que dio a conocer la NASA con las fechas tentativas para el retorno de los vuelos estadounidenses al espacio. Previamente, en febrero del próximo año, la Dragon deberá hacer un viaje en solitario, pero simulando la presencia de humanos en su interior para verificar que todos los sistemas funcionen bien.

En paralelo, una asociación de las compañías aeroespaciales Boeing y Lockheed-Martin trabaja en la puesta en operaciones de la cápsula tripulada Orion, la que viajará al espacio impulsada por el primer cohete de gran alcance desarrollado por la NASA desde que jubiló al Saturno V: el SLS. La prueba sin pasajeros en este caso está prevista para junio, mientras que el ensayo con astronautas sería en agosto.

Transporte caro

El 15 de septiembre de 2014, ambas empresas privadas suscribieron un contrato con la NASA para llevar astronautas a la Estación Espacial Internacional (EEI) en seis viajes cada una.

Hoy, por cada estadounidense que viaja a la EEI, la agencia debe pagar entre 60 y 80 millones de dólares a su contraparte espacial rusa Roskosmos por su transporte. Esto se ha repetido desde 2011, cuando tuvo lugar la última misión de los transbordadores.

La NASA ha tenido que hacerlo incluso en momentos en que las relaciones de Estados Unidos con su contraparte en el espacio se han deteriorado hasta niveles muy cercanos a los de la Guerra Fría.

Por eso, desde el mismo momento en que la agencia estadounidense terminó su programa de transbordadores, puso en marcha el desarrollo de nuevas cápsulas y lanzaderas espaciales, con la incorporación de empresas privadas.

"La Dragon 2 es la que está mejor posicionada, porque puede ser lanzada y puesta en órbita terrestre por el Falcon 9, la principal nave que ya tiene en operaciones Space X; en cambio la Orión depende de la finalización del cohete SLS, lo que podría retrasarse", reconoce el ingeniero Mauricio Henríquez, director del Laboratorio de Estudios Espaciales de la U. Austral, sede Puerto Montt.

Incluso Musk -dice- ha moderado sus aspiraciones para no atrasar el proceso. "Cuando se propuso originalmente, la Dragon 2 incluía un sistema de aterrizaje retropropulsado, porque no quería que las naves futuras siguieran haciéndolo con paracaídas, le resultaba muy primitivo, pero...

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