140 años del MNBA: ¿Cuál es su obra preferida de la colección? - 13 de Septiembre de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 847802148

140 años del MNBA: ¿Cuál es su obra preferida de la colección?

"Si me dieran la posibilidad de volver a ver una sola pintura del museo, creo que elegiría Interior del Louvre (1888) de Alfredo Valenzuela Puelma. En ella se produce una suerte de juego de espejos, donde una pintura en un museo nos lleva a un espacio interior de otro museo. El artista la pintó durante su segunda beca en París, en 1888. Mientras el Estado le exigía copiar pinturas célebres, él se ubicó en un lugar desde el cual las obras maestras y el ejercicio de la copia son vistos al sesgo. En ella aparece apenas esbozada, frente a un sacerdote que la observa, la pintura 'Venus y las Gracias ofrecen dones a una joven', un fresco de Botticelli que había sido encontrado solo 15 años antes en la Villa Lemmi y adquirido por el Louvre, en medio del revival de ese autor tras su redescubrimiento por los Prerrafaelitas ingleses. Esta pintura, que Valenzuela Puelma quería que se exhibiera en la Exposición Internacional de París de 1889 representando al país, se expuso en 1901 en la Exposición Panamericana en Nueva York".Sandra Accatino es historiadora del arte, directora del Magíster en Estudios de la Imagen de la Universidad Alberto HurtadoEnrique Solanich Virginio Arias: "El descendimiento de la cruz""Depositario preferente de las manifestaciones de las artes visuales del siglo XIX, el Museo Nacional de Bellas Artes custodia la cima y paradigma de la estatuaria de esos tiempos: "El descendimiento de la cruz", autoría de Virginio Arias Cruz (1855-1941).Imposible omitir en cualquier referencia a este dotado escultor, su consular entrega a la enseñanza artística, renovando programas de estudios y fortaleciendo los cuadros docentes de la Academia de Bellas Artes que dirige durante el primer decenio del siglo pasado. La obra escogida obtiene, en el exigente Salón Oficial de París de 1887, una Tercera Medalla de Oro, primer reconocimiento de una serie de distinciones que engarza al paso del tiempo, conminando al Estado chileno a su adquisición, en el año 1890. La osada composición piramidal permite inscribir y acoplar las cinco figuras que escenifican el momento del desprendimiento del cuerpo de Cristo de la cruz. Sujeto en sus costados por José de Arimatea y Juan Evangelista, y con María, Virgen y madre, que se aferra a sus espaldas, se consigue un perfecto juego visual de anatomías contorneadas y sustentantes. Arrastrándose desnuda a besar los pies del crucificado, María Magdalena se redime desconsolada. Con guiños y sedimentos a las piedades...

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