Las 10 incógnitas de la muerte de Nisman
Dicen los médicos forenses que los cuerpos siempre hablan.
Hasta ahora, la autopsia al cadáver de Alberto Nisman y los peritajes balísticos han dado algunas señales firmes. Existe certeza de que la pistola que provocó su muerte fue una Bersa Thunder calibre 22 encontrada en el baño de su departamento, bajo el cuerpo del fiscal. Según Viviana Fein, la fiscal que investiga el caso, la bala que terminó con su vida entró por el parietal temporal derecho y quedó en la masa encefálica, sin orificio de salida, y de acuerdo con los análisis sobre la distancia del disparo -lo que los forenses denominan el "anillo de Fish", la quemadura que dejan los restos de pólvora sin deflagrar y el humo-, habría sido a menos de un centímetro. No se detectó el uso de un elemento para amortiguar el sonido del disparo.
La necropsia reveló, además, que el cuerpo no presentaba señales de lucha -moretones o heridas-, y los peritajes del ADN en la escena -tanto en la polera del fiscal, en su short , en la pistola y en los cartuchos- mostraron que correspondían con el perfil genético de Nisman.
A partir de todos esos elementos, Fein ha dicho que "no se infiere la participación de terceras personas".
Pero existen muchas dudas. El estudio de barrido electrónico -que busca partículas de antimonio, bario y plomo en el cuerpo- no reveló restos de pólvora en la mano derecha de Nisman, un indicio de un posible homicidio. Sin embargo, Fein ha destacado que por el pequeño calibre de la bala (que no tiene fulminante) podría no haber rastro de pólvora, además que la sangre de la escena pudo contaminar la muestra. De todos modos, ordenó nuevos peritajes balísticos recreando el disparo.
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¿Por qué Nisman quería un arma?
Es una de las preguntas más intrigantes. Hace diez años Alberto Nisman había declarado tener dos armas registradas -una de ellas la transfirió en 2009 y la otra no fue hallada-, pero, según la reconstrucción de los hechos, le pidió una pistola prestada a su asesor informático, Diego Lagomarsino, solo un día antes de que apareciera muerto.
Según Lagomarsino, Nisman lo llamó a las 16:25 horas del sábado 17 de enero para que fuera a su casa. "Me dice, textualmente, 'tengo más miedo de tener razón que de no tener razón'. Y en ese momento me dijo '¿ tenés un arma?'". El informático, quien volvió a su casa a buscar la pistola, señaló que el fiscal le confesó tener "miedo por las chicas" (sus hijas) y que era una medida de precaución. "Me dijo que no me preocupara, que no...
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