10 apreciaciones - 14 de Junio de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 792019753

10 apreciaciones

La primera es esta: nuestra educación de bajas calorías es el resultado del empobrecimiento que significa creer que vivimos para educarnos, nos educamos para tener oficios o puestos de trabajo, y trabajamos para obtener recursos y mejorar la productividad del país. Esa es la pendiente por la que nos hemos ido deslizando, olvidando que vivimos para mucho más que educarnos (entre otras cosas, para deseducarnos), que nos educamos para algo más que el trabajo, y que trabajamos no solo para conseguir ingresos y aumentar la riqueza del país. La educación continua es ya acoso, la educación como capacitación o precalentamiento laboral es una lógica extendida, y la idea del trabajo ligado solo a factores económicos se ha impuesto por doquier.Segunda: hemos dado excesiva importancia a la educación formal, a aquella que tiene lugar en establecimientos y salas de clase, y hemos olvidado que niños y jóvenes se educan también en la casa en que viven, en la familia que comparten, en la calle, en los recreos, en el cine, en los campos de deporte, frente al computador, y en otros lugares y actividades.Tercera: caímos también en el cazabobos de que a colegios y universidades se va solo a aprender a aprender, o sea, a no aprender absolutamente nada, lo cual trae consigo que las universidades tengan que implementar cursos remediales que suplan las carencias con que llegan los egresados de la enseñanza media. Como ningún nivel de la enseñanza parece estar cumpliendo su misión, es posible que dentro de poco los magísteres universitarios tengan que remediar los defectos de las carreras de pregrado, y que los programas de doctorado tengan que hacer otro tanto con las debilidades de los magísteres. Ocurre también que simples ciclos de conferencias se ofrezcan como diplomados, ciertos diplomados como magísteres, y algunos de estos como doctorados.Cuarta: otro cazabobos ha sido el de que la educación es un juego, afirmación tan repetida que niños y jóvenes acabaron creyéndosela hasta rechazar hoy mayores exigencias, incluso en la que por algo se llama educación "superior" y, todavía más, en el nivel a su vez superior de esta última: las universidades. No se advierte que la universidad es doblemente superior: forma parte de las instituciones de educación superior y es también la superior de todas ellas. Educación...

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