Vergüenza: Pirotecnia lastima al portero de la U y obliga a suspender el clásico
El destino es cruel a veces. El capitán de Universidad de Chile, Felipe Seymour, ganó el sorteo y optó por cambiar a su tropa de un lado de la cancha al otro, ubicándose el arquero Martín Parra en el arco que da a la galería sur del estadio Elías Figuerra, donde estaba la parcialidad de Universidad Católica.Cinco minutos después de comenzar el clásico universitario, la fiesta se arruinó. La pirotecnia (bombas de ruido en su mayoría) proveniente de la tribuna de marras lastimó al portero azul y al rato el partido se suspendió, por "falta de garantías". Hubo un amago de conato entre el suplente Pablo Aránguiz y Mauricio Isla, mientras el cuerpo médico de la U alertaba del delicado estado del portero, que a las 18:00 horas salió en ambulancia rumbo a una clínica santiaguina, con un severo trauma acústico.A esa incipiente altura ganaba la UC, producto de un penal anotado por Fernando Zampedri, después de una discutida sanción por una mano de Seymour que interceptó un córner con su codo.La llave global, equilibrada al momento del caos en un 1-1 parcial (en la ida, los azules se impusieron 1-0), definirá su futuro desde hoy, cuando se reúna el directorio de la Federación de Fútbol de Chile."Después del penal sentimos algunas bengalas y vimos al jugador que estaba en el suelo, preliminarmente tenía una contusión acústica; le pedí al doctor que revisara si estaba con todos sus sentidos para seguir, pero estaba muy confuso, no hablaba, no estaba con sus cinco sentidos operativos, tomamos la decisión de suspender porque no estaban las garantías", explicó el árbitro Felipe González, quien se reunió en la cancha con el gerente de Ligas Profesionales de la ANFP, Yamal Rabaj."Nos ampara el sentido común, la premisa es que si hay algún protagonista herido no puede seguir el partido", justificó el funcionario.El artículo 26 de las bases de la Copa Chile remite a los articulados del Reglamento de la ANFP, que ordena que el directorio, dentro de las 48 horas siguientes, "determinará si debe jugarse o no lo que faltaba para completar el tiempo reglamentario, o si se da por terminado el partido, en cuyo caso el resultado será el existente al momento de la suspensión".Para Ángel Botto, expresidente del Tribunal de Disciplina, "si se da por terminado el partido, la llave quedaría 1-1 y las bases no contemplan cómo se define. Creo que el directorio no tiene otra alternativa que fijar la continuación del partido".En cuanto a los castigos a la UC como organizador...
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