La verdadera mujer imaginaria de Nicanor Parra
Nicanor Parra llevaba un año separado de su mujer Nury Tuca, la madre de Colombina y Juan de Dios, mientras que Ana María Molinare estaba casada y tenía dos hijos. Entre ambos no solo había 30 años de diferencia (Ana María tenía 32, él 64), sino que pertenecían a mundos muy distintos.
Lo que pasó después nunca ha estado totalmente claro y se mezcla la leyenda con la realidad. Hay quienes dicen que él se enamoró perdidamente y ella no; otros aseguran que para ella, el poeta fue el gran amor de su vida. Apenas se sabe que ella lo dejó, que él sufrió y que hasta tenía una pistola a su lado cuando escribió uno de sus poemas más conocidos, "El hombre imaginario". Ana María, por su lado, murió trágicamente varios años después de que se separaron. Nicanor Parra muy rara vez habla de ella. Y siempre la recuerda. Algunos que han visitado la casa del poeta en Las Cruces cuentan que en su biblioteca tiene una gran foto de Ana María Molinare al lado de una de Violeta Parra.
Señora de la más rancia burguesía
En 1978 se hablaba del apagón cultural en Chile, mientras en un pequeño local en el Drugstore, en Providencia, un grupo de escritores e intelectuales, liderados por Giorgio Vomiero, un italiano residente en Chile, y su esposa Nora Salvo, se reunían para hablar de los libros que publicaban los autores que se habían quedado en el país. Hasta allá llegó un día Ana María Molinare, quien buscaba satisfacer sus inquietudes intelectuales que comenzaban a aparecer en su vida. En rigor, no era un taller de escritura. Más bien se presentaban libros y autores, y se conversaba sobre ellos. Luego, lo que ahí se hablaba, se publicaba en la revista Libros del Mes, que Vomiero editaba.
"Ahí, ella conoció a Nicanor Parra", cuenta una cercana a Ana María Molinare. En adelante, ambos comenzaron una relación que no fue fácil.
"Fue muy corta, duró uno o dos meses. Él fue el que se enamoró. Ella no. Yo no estaba en Chile en esa época, pero eso es lo que nosotros sabemos como familia", dice a "Sábado" Ximena Molinare, una de sus hermanas.
"Después de conocer a Nicanor Parra, ella se quiso separar de su marido, pero no fue fácil y sufrió mucho. Lloraba todos los días. Fue algo terrible para ella", agrega hoy una de sus mejores amigas, quien da una pista más: esta relación habría durado más de lo que suponen sus familiares.
"Ella iba a verlo a Isla Negra, fue muchas veces. A Ana María le encantaba ir, iba con una amiga que la esperaba, pero ella sabía que tenía que volver, que esa relación era imposible", dice la misma persona.
Según cuenta otra cercana, ella estaba deslumbrada con Nicanor, él le escribía poemas que ella guardaba celosamente. "Disfrutó de ese amor, un amor muy matizado por el intelecto del poeta", dice.
En una conversación con Raquel Correa, publicada en revista "Sábado" en 2009, Parra dijo que incluso le había ofrecido casarse a Ana María. Él mismo recordó la respuesta de ella:
-Cómo querís que me case contigo. Eres un viejo h..., roto, comunista y más encima Premio Nacional. Mi familia te podría perdonar los tres primeros, pero que seas Premio Nacional de Literatura, no. Son pobres y se dedican a escribir.
"Ella se daba cuenta de que Nicanor no iba a ser el hombre de su vida", dice otra amiga. "Entonces lo dejó, y él no estaba acostumbrado a que lo dejaran".
El poeta lo resumió en una entrevista en 1989 con Leonidas Morales, profesor de Literatura de la Universidad de Chile, recopilada en el libro Conversaciones con Nicanor Parra:
"Era una señora de la más rancia burguesía chilena. Estaban...
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