El valor de la transexualidad - 16 de Septiembre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 738515553

El valor de la transexualidad

La ley de identidad de género que el Congreso acaba de aprobar este miércoles -en medio de las pullas, gritos y protestas de quienes parecen abrazar con igual fervor la ignorancia y el conservadurismo- posee un gigantesco valor para la vigencia de los derechos humanos.A tal extremo que casi consuela del debate habido en la acusación constitucional.Una vez que la ley se promulgue y se publique, existirá el derecho de las personas a que su identidad legal corresponda al género con que ella se concibe a sí misma. Es difícil exagerar la relevancia cultural y política que este derecho posee para la democracia y los derechos humanos.Un breve repaso de la concepción liberal de esos derechos lo muestra.Subyace a los derechos humanos la idea que cada persona es responsable de sus actos voluntarios y nada más que de sus actos voluntarios (por eso viola esos derechos atribuir consecuencias desfavorables a la etnia o el aspecto físico); que nadie puede ser empleado como recurso para la obtención de mayor bienestar social (de ahí que las convicciones y la tranquilidad de la mayoría no sean un argumento para infringirlos); y que el estado debe ser neutral a la hora de tratar los planes de vida de las personas (sin considerar a ninguno de ellos como intrínsecamente mejor que cualquier otro).Ahora bien, salta a la vista que la situación en que se encuentran las personas trans en tanto la ley no se publique resulta contradictoria contra esas tres dimensiones que poseen los derechos humanos. Desde luego, la genitalidad o la corporalidad no es un acto voluntario, y por lo mismo atar a ella una definición social que la persona rechaza (es el caso de quien se siente hombre en un cuerpo de mujer, o viceversa) es gravemente violatorio de la concepción que subyace a esos derechos. Es verdad que muchas personas que creen en los dictados definitivos de la naturaleza (concebida como legislador) o de Dios se sentirán ofendidas por esa ley; pero tratándose de los derechos de las personas, el sentimiento de la mayoría no debe contar (como es obvio, decir que usted tiene un derecho salvo cuando la mayoría se muestre incómoda cuando usted lo ejerza, es un simple absurdo o un engaño).Por lo anterior, y una vez que la ley de identidad de género entre en vigencia, el respeto a los derechos humanos en Chile (a pesar del debate habido sobre la acusación constitucional) se habrá incrementado, y ello no porque las personas trans sean muchas (de hecho se trata de una minoría)...

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