El último kamikaze descansa en Quilpué - 10 de Marzo de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 705023837

El último kamikaze descansa en Quilpué

Sentado en la profundidad de una silla de terraza, Masatoshi Kido agita los brazos como un pianista perturbado, a muy buena velocidad para tener 90 años, una complicación pulmonar y una rodilla destruida. Extremadamente delgado, Kido mide alrededor de un metro 70 y cuando ríe los ojos se le achinan hasta dibujar dos surcos arqueados sobre una cara feliz. Al revés, cada vez que recuerda la guerra, se queda quieto sin pestañear. "Es que eso queda en la memoria", susurra, mientras golpea siete veces el suelo con la base de su bastón. Luego mira hacia arriba, como buscando los B-29 que vio hace más de setenta años sobre Japón y que ahora proyecta imaginariamente en el cielo de Quilpué.

Kido y su segunda esposa, Margarita Araya (81), viven aquí desde 1994. Como casi todas las casas del sector Belloto Sur, la suya es de un piso, tiene un antejardín y un techo lateral. Si bien todos en su barrio saben que es japonés y han escuchado que estuvo en la guerra, muy pocos se han enterado de que fue parte de un pacto de muerte, que fue kamikaze.

Cuando todo eso ocurrió, en 1944, Kido tenía 17 años y estaba dispuesto a morir por el emperador Hirohito. Llegó a ser subteniente. "Si la guerra hubiera durado un par de meses más, yo no estaría aquí", dice. Su última misión era detener la invasión final que preparaba Estados Unidos por mar. Cuando eso ocurriera, debía lanzarse en una lancha con dos torpedos contra cualquier embarcación enemiga. "Yo tengo una vida que contar, sería novela interesante".

El Chile de los Kido

Masashi Kido, el padre de Masatoshi, llegó a Valparaíso en 1914 y pronto se instaló en Santiago para probar suerte como vendedor ambulante y mozo de una familia, entre otros oficios. Como casi todos los inmigrantes japoneses, arribó sin conocer el idioma. Lo lógico era buscar una labor donde eso no causara tanto conflicto, explica Baldomero Estrada, profesor del Instituto de Historia de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso y experto en inmigración japonesa en la V Región. Fue por eso que al independizarse, Masashi Kido eligió instalar una peluquería, igual que el 30% de los japoneses que llegaron a Chile en esos años.

En 1922, Masashi viajó a Japón a buscar esposa, algo que era usual entre los inmigrantes orientales, y se casó con Sada Hata Horita, con quien tuvo seis hijos. Masatoshi fue el tercero y nació en Santiago, en 1927. Sus padres eran dueños de la Casa Japonesa, una tienda del Portal Edwards en la Alameda que era juguetería, perfumería y peluquería.

Masashi Kido compró en 1931 una quinta cerca de Estación Central y con lo que allí cultivaron y vendieron pudieron enviar a sus hijos a estudiar a Japón. A Masatoshi lo llevaron con sus hermanos menores, Hiroshi y Reiko, en 1939, cuando sus hermanas Michiko y Toshie ya llevaban cinco años en Kanazawa. Entonces comenzó la gran...

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