Tulio Hernández 'Algunos países de América Latina han sido muy ingratos' - 27 de Febrero de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 861493956

Tulio Hernández 'Algunos países de América Latina han sido muy ingratos'

En YouTube hay decenas de videos donde se puede ver a Nicolás Maduro bailando. Casi siempre es salsa, pero también ha intentado con reggaetón . Maduro baila mientras hay manifestaciones violentas, para celebrar una candidatura, en medio de su programa de televisión o en el aniversario de cualquier cosa. Da lo mismo cuál sea el tema de discusión, Maduro baila, y es ese mensaje, o tal vez la metáfora que hay detrás de esa performance , la que ha inspirado al sociólogo venezolano Tulio Hernández en el título de un libro que acaba de lanzar, donde compila una serie de columnas de opinión que ha escrito desde su exilio en Colombia: Coreografías de un tirano.-Maduro baila sobre el cadáver y el dolor de todos nosotros -dice desde Bogotá.Tulio Hernández tiene 66 años. Es sociólogo, pero también es un influyente columnista, ensayista, periodista y profesor universitario. Antes de llegar a Colombia, en 2017, se pasó dos décadas describiendo a la sociedad venezolana a través de una columna que aparecía todos los domingos en el diario El Nacional. Desde allí se forjó un perfil antichavista. No de derecha, sino que de esa izquierda crítica que se fue desencantando de Hugo Chávez a los pocos meses de haber asumido, a fines de 1998, o que quizás incluso nunca se sintió seducida por él. En el camino se fue ganando enemigos y el más peligroso resultó ser Nicolás Maduro, quien luego de amenazarlo con cárcel, lo obligó a huir. Un comentario en Twitter que Hernández hizo, en medio de las violentas manifestaciones ocurridas a comienzos de 2017, detonó su persecusión.-Un día estaban invadiendo la zona donde vivo y escribí: "Tenemos derecho a defendernos, incluso tirando maceteros". Era una cosa simbólica, pero en la madrugada del día siguiente alguien tiró una botella con agua congelada y mató a una señora. Maduro dijo que me iba a meter preso y mis amigos me dijeron que me fuera. Me corté el pelo, me quité la barba y con la cédula de mi hermano fui atravesando el país, hasta llegar a Cúcuta, con una maleta, dos camisas, dos pantalones y la laptop.-¿Jamás había pensado en irse?-Jamás, yo era de los que decía que no les iba a dar en el gusto y fue muy duro. Somos un país desmembrado, somos más de 5 millones los que vivimos fuera de Venezuela.-Se dice que esta crisis es una "emergencia humanitaria compleja", ¿cómo la definiría usted?-Lo de Venezuela es muy difícil de entender para los extranjeros. Primero, no es una dictadura tradicional, sino que es un modelo que yo denomino autoritarismo del siglo XXI, porque hace algo muy original: trata de tomar el poder absoluto, pero manteniendo el antifaz democrático. Segundo, la destrucción de la institucionalidad a través de la eliminación de la autonomía de poderes. Es decir, nunca más hubo una contraloría, un parlamento o un tribunal supremo que pudiera fiscalizar. Y tercero, destruyó de una manera original la libertad de expresión, porque en vez de meter preso a los periodistas, el Estado construyó un aparato comunicacional propio, compuesto por más de 110 televisoras comunitarias, 3 radios nacionales y 8 canales de televisión nacional. Además, cerró el canal más antiguo del país, que se llamaba Radio Caracas Televisión y a través de empresarios privados, el Estado se compró todos los periódicos salvo uno, El Nacional, que el dueño no lo quiso vender.-En una de sus columnas describe a los neoautorismos como el ataque de una boa constrictor...

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