Trump cierra una gira en la que marcó la distancia con los socios de Estados Unidos
A veces las diferencias quedaron de manifiesto con solo gestos, como ocurrió en la visita que realizó al Vaticano, donde intercambió deseos de paz con Francisco, quien mostró pocas sonrisas durante el encuentro.
Pendientes del G-7
Sicilia es el escenario donde ayer se hicieron evidentes las discrepancias entre los miembros del G-7 respecto de la lucha contra el cambio climático y el Acuerdo de París, que el año pasado firmaron 175 naciones con el fin de reducir las emisiones contaminantes. La administración de Trump decidió revisar la postura de su país sobre la materia y no tomará una decisión dentro de semanas, luego que EE.UU. y China ratificaran el pacto el año pasado, una acción que era prácticamente imprescindible para que entre en vigor el acuerdo.
"Él se preocupa por el medio ambiente, pero también le preocupa mucho crear empleos para los trabajadores estadounidenses", dijo el principal asesor económico de la Casa Blanca, Gary Cohn. Precisó que los niveles de reducción de emisiones contaminantes acordados por el anterior gobierno de Barack Obama pueden ser "altamente devastadores" para el crecimiento de EE.UU. y sus industrias.
Si bien los líderes del G-7 (EE.UU., Reino Unido, Italia, Alemania, Francia, Canadá y Japón) mostraron unidad en una manifestación común sobre la lucha contra el terrorismo, que responde al atentado que el lunes dejó 22 personas muertas en Manchester, los asesores de las delegaciones negociaban ayer sin parar varios puntos de una declaración en materia de comercio que se conocerá hoy.
Trump, al contrario que sus aliados, defiende el proteccionismo y adelantó que iba a la cumbre a denunciar las prácticas desleales en el comercio internacional. El Mandatario ya utilizó en marzo el foro del G-20 para poner en evidencia el abandono de la tradición de EE.UU. como abanderado del libre comercio.
"No hay duda que será la cumbre del G-7 más exigente en años", advirtió sobre las divergentes posturas el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, antes del encuentro.
Alemanes "muy malos"
La cumbre del G-7 había partido ensombrecida por sus polémicas declaraciones sobre Alemania, la jornada previa en Bruselas. En una reunión el jueves con la cúpula de la Unión Europea, el Mandatario comentó que los alemanes son "malos, muy malos" cuando se trata de comercio. Era una crítica -que provocó molestia en Berlín- porque el país tiene un superávit comercial con EE.UU. por la venta de autos.
Tanto Washington como Bruselas...
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