Tras las rejas,sobre las tablas - 22 de Septiembre de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 739742969

Tras las rejas,sobre las tablas

-Soy Nury Carmona Carmona, estoy condenada por tráfico y mi deseo más grande es estar con mis hijos.-Mi nombre es Ivonne Ibarra, estoy por robo con homicidio y mi deseo más grande es ser profesional.Cuando en 1998 se estrenó Pabellón 2 - Rematadas, se convirtió en la obra testimonial de teatro carcelario más exitosa en la historia en Chile. Se presentó a lo largo de todo el país, tuvo una temporada en el Teatro del Puente de Santiago y fue parte de la programación oficial del Festival Internacional Santiago a Mil durante el 2000.Cinco actrices formadas en un taller de teatro en la cárcel de mujeres de Antofagasta, bajo la dirección de Jacqueline Roumeau, se interpretaban a sí mismas y a sus alter ego en libertad. Pero, a pesar de los aplausos del público y de las alabanzas de la crítica, estuvieran donde estuvieran, después de cada función debían dormir encerradas en una celda.La obra fue reestrenada el 13 de septiembre pasado en el Teatro Mori de Bellavista, con dos de las actrices originales en el elenco, ahora libres. ¿El resto? Una de sus antiguas compañeras murió hace poco, en libertad. Y las otras dos, que por diferentes motivos personales ya no participan de la obra, también cumplieron sus condenas.Aquí, las dos actrices y la directora de la obra reviven los últimos veinte años de trama real detrás del montaje.Nury Carmona, 69 años, actriz:"Crecí con mi abuela en el barrio Montevideo de Antofagasta. Ella cocinaba en los prostíbulos del sector: charquicán, pantrucas. Yo la acompañaba. Los cabrones me conocían de chiquitita y me cuidaban. Fui muy poco al colegio.Cuando cumplí 12 años me fui a vivir con mi mamá y su nueva familia: una pareja y cuatro hijos. Pero vivíamos hacinados todos en una sola pieza. A mi papá no lo conocía. Así que a los 14 años me fui de la casa. Anduve dando vueltas por Tocopilla, por Calama. Tuve a mi primer hijo sola. Trabajé de empleada, pero no duraba. Era niña, no sabía nada, no tuve enseñanza, buena higiene, modales, nada. Después, con una amiga pedíamos ropa en las casas y la vendíamos en las ferias.A los 21 años conocí a Nelson, un comerciante de Santiago que se había instalado en la Feria Modelo de Antofagasta. Y aburrida de la vida, de andar de un lado para otro, me junté con él. Yo vendía manteles plásticos, flores para el día de los muertos, tortugas, sándwiches. Vivía tranquila, feliz, pero no enamorada. No me importaba. Quería tener lo que nunca tuve: un hogar bien constituido, una familia. Tuvimos tres hijos. Vivimos juntos quince años hasta que me aburrí, porque era muy bueno para las tomateras.Arrendé una casa, me quedé con el puesto en la feria, después lo vendí y con la plata puse una pastelería. Mi hijo mayor se fue a Suecia, él es músico, y los demás estaban estudiando. Y me puse a vivir con una persona, un hombre que era un traficante muy conocido. Sinceramente, no tenía conciencia de lo que era vivir con una persona que traficaba, que lo andaban buscando.Un día salimos en la camioneta a botar basura y unos policías de civil nos tomaron detenidos. Me llevaron de vuelta al departamento, pero como no encontraron nada, uno de los policías puso una bolsa en mi cama. Yo me quería morir. Mi pareja no se quiso hacer responsable. Y me dejó presa. Me dieron cinco...

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