Trabajo doméstico en tiempos de pandemia - 13 de Junio de 2020 - El Mercurio - Noticias - VLEX 845038782

Trabajo doméstico en tiempos de pandemia

Ricardo Greene, 42 años, sociólogo, magíster en urbanismo y doctor en antropología, cita unas preguntas que fueron subidas a la web de consultas de la Dirección del Trabajo (DT) el 24 de marzo pasado: "¿Qué pasa si la trabajadora de casa particular tiene coronavirus? ¿El empleador puede despedirla por el artículo 152?". La DT responde que sí. Greene cita el mencionado artículo: "Toda enfermedad contagiosa, clínicamente calificada, de una de las partes o de las personas que habiten la casa, da derecho a la otra para poner término al contrato", dice. Luego pregunta nuevamente: "¿Se tiene que pagar indemnización sustitutiva del aviso previo cuando se invoca la causal del artículo 152?" La DT responde que no. Y agrega: "Lo señalado anteriormente resulta lógico, toda vez que si la norma protege a las partes de un inminente riesgo de contagio de una enfermedad no sería consecuente avisar el término del contrato con treinta días de anticipación". Es decir, explica Greene, a las empleadas domésticas "las pueden despedir contagiadas de covid-19 y sin pagarles el mes de aviso. La fragilidad de esa frase es tremenda; así de dramático podría ser".Greene ha estudiado el empleo doméstico desde el año 2006. Acaba de doctorarse en Londres con una tesis donde explora las más diversas relaciones que se dan entre este trabajo y un barrio cerrado en Argentina llamado Nordelta, el más grande complejo de casas y edificios de lujo de Latinoamérica. Allí se pasó dos años escuchando las historias de empleadas y empleadores. Ahora que la cuarentena ha puesto de relieve la importancia de la casa para bajar los índices de contagio, Greene vuelve sobre un comentario que escuchó en Nordelta y que bien puede aplicarse a la realidad del trabajo doméstico en tiempos de pandemia.-Una vez fui a ver a una mujer que estaba enferma, sin la empleada. Yo le pregunté por qué no había ido y ella me dijo: "Estoy enferma y le pedí que no viniera". Yo le dije que era muy considerada, pero ella respondió: "No es para que no se enferme, es para no enfermarme yo, porque ella viene de afuera y puede traer bichos". La idea es que ellas traen cosas de afuera y que ese afuera siempre está más sucio que nuestro propio hogar. En general, la gente siempre piensa que los hogares de los otros son más sucios que el de uno.-¿Qué tan desnuda ha dejado la pandemia a las condiciones laborales del empleo doméstico?--Como su trabajo es regido por leyes distintas a las del resto de los trabajadores, no pueden acogerse al seguro de cesantía ni tampoco tienen indemnización por años de servicio. En Chile son 300 mil mujeres las que se dedican al empleo doméstico. No hay que perder de vista que de ese número, 54% trabaja sin contrato, lo que es impresentable. No hay otro sector económico que se le acerque. Imagínate lo que significa eso en tiempos de covid.A fines de 2006, cuando Ricardo Greene estaba por partir a Londres para realizar un máster en antropología visual, el empleo doméstico no figuraba en su lista de temas. Había hecho su tesis de grado de sociología sobre la incorporación de las mujeres pobres y rurales al mercado del trabajo y luego había saltado al urbanismo, pero días antes de partir tuvo una especie de anagnórisis, como lo llama él, que lo condujo hacia allá.-Me pasó algo vergonzoso, que habla mucho de la invisibilización del empleo doméstico. Fui a comer a la casa de los papás de un amigo y había una empleada que trabajaba desde hacía muchos años, que era tratada como una especie de abuelita. Ella fue a la cocina, sirvió la comida y luego se sentó en la mesa con nosotros. Te lo digo con vergüenza, tenía 30 años, era sociólogo, había estudiado temas de género, pero esa sola sentada en la mesa fue un evento revelador, que me habló y me interpeló desde mi privilegio. Yo fui criado por empleadas domésticas, pasé más tiempo en mi infancia con ellas que con mis padres, pero nunca había visto eso, por absurdo y privilegiado que parezca.-¿Ese acto de sentarse a la mesa interpeló el mundo desde el cual te habías parado frente a la empleada doméstica que te crió?-Fue en primer lugar una operación biográfica. Pensé...

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