Todos miran al cielo, el cielo mira a BujarÁ - 15 de Abril de 2018 - El Mercurio - Noticias - VLEX 708714425

Todos miran al cielo, el cielo mira a BujarÁ

Y miramos al cielo, como los musulmanes, porque para ellos el Cielo es el árbitro final. Pero nuestro acompañante atina y nos recuerda que estamos justo en el Día Mundial de la Felicidad y que mañana se inicia el Navruz, el Año Nuevo persa. Entonces hay que salir. Para celebrar.

Ignoro si hubo intervención de Alá, pero mirando el minarete más alto fue como encontramos el camino de salida, y celebrar. Quienes antes debieron celebrar quizá fueron los expertos de la Unesco. Ellos declararon Patrimonio de la Humanidad a esta vieja Bujará. Y lo hicieron justamente por la razón que ahora nos ha hecho hablar solos: no hay otra ciudad en Asia Central que conserve tan intacto su diseño urbano medieval de callejones, pasadizos, callejas, angostillos y pasajes. Todos ellos acompañados de un conjunto fascinante de construcciones de la Edad Media, incluyendo hoteles fortificados y una fortaleza más antigua y alta que la Muralla China.

Bujará es un fiestón de formas, colores, creencias. Y de olores que, imaginamos, traen la memoria de otros siglos. De sus callejones salen neblinas de humo con aromas dulces.

Solo al llegar nos dimos cuenta de que se halla enteramente rodeada por el desierto de Kysyl Kum, una tierra casi siempre desolada que triplica en tamaño a nuestro Atacama. Aunque en este desierto dominan las dunas de arena, la vida en Bujará y en Samarcanda ha logrado mantenerse por más de 2.500 años, desde antes que se construyera la Acrópolis de Atenas, aunque existen muchos períodos borrosos en su historia.

Durante el siglo XIX Uzbekistán fue hecho protectorado por los zares y en el XX, aplastado por Stalin. No ha sido el desierto su enemigo principal. Tampoco el ser el único país del planeta que tiene doble mediterraneidad, es decir, que para llegar al océano hay que cruzar dos fronteras. Sus grandes enemigos han sido los sucesivos imperios invasores. Ninguno fue más importante que Gengis Kan. La quemó para que se rindiera.

Un Babel de idiomas dejaron en la región los distintos amos. Por eso, los pueblos se entienden en ruso, hablan inglés con los turistas, y lengua uzbeka, tayika, kirguisa y otras con sus familias. Al disolverse la Unión Soviética en 1991 estalló la independencia en países que no la habían pedido. Y han estado lejos de la democracia y de la libertad interna. Las elecciones limpias no se conocen. O son la excepción. A lo más vemos estados predemocráticos. Karimov, el primer Presidente de Uzbekistán, se apoderó del poder en 1991, y mostraría poco interés por devolverlo. Lo hizo 25 años más tarde, en su lecho de muerte, a su delfín, el conservador Mirziyoyev.

Karimov hostilizó a los seguidores del Islam, religión que de un modo muy relajado practica la mayoría de la población. Ciertos jóvenes integristas reaccionaron con violencia en otros países, o en su propio territorio, lejos de aquí, empeñados en crear un estado islámico. Actúan con constancia y sin éxito en Ferghana, un hermoso valle que se extiende a dos países vecinos.

De agujas y maletasHay algo que leo en una mezquita que tal vez identifique bien el lugar al que hemos llegado. "Todas las ciudades miran al cielo, solo el cielo mira a Bujará".

No es una expresión de hoy. La vienen repitiendo en el Islam hace siglos. Y ha tomado un nuevo protagonismo ahora que muchos aspiran a restaurar la importancia que tuvo ayer, y que hoy habitan solo 330 mil personas. Bujará, Bujara o Bukhara fue por...

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