Una salida territorial a la crisis. Lecciones de la experiencia latinoAmericana. - Vol. 35 Núm. 105, Agosto - Agosto 2009 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 67241414

Una salida territorial a la crisis. Lecciones de la experiencia latinoAmericana.

AutorV

RESUMEN Las economías avanzadas y emergentes se han visto afectadas por la crisis del sistema financiero que dificulta el funcionamiento de la economía real. Por ello la respuesta a la crisis ha de combinar medidas cuyo objetivo es recuperar la confianza en el sistema financiero y potenciar el crédito bancario con aquellas otras dirigidas a mejorar la productividad y la competitividad. El artículo argumenta que las experiencias de desarrollo local que se han puesto en marcha en América Latina durante las últimas décadas muestran que las iniciativas locales son útiles para abordar los problemas de la crisis y la recuperación económica, ya que propician la aparición de rendimientos crecientes de las inversiones, con lo que se consigue, precisamente, aumentar la productividad y competitividad de las empresas y territorios.

PALABRAS CLAVE: crisis global, desarrollo local, recuperación económica, iniciativas locales, América Latina.

ABSTRACT Developed and emerging economies have been affected by the financial crisis, which has complicated the functioning of the real economy. Consequently, the response has been to combine measures to recover confidence in the financial system and to strengthen bank credit and other mechanisms to improve productivity and competitiveness. The article argues that local development experiences in Latin América over recent decades reveal that local initiatives are useful for dealing with the problems of the crisis and economic recovery, since they lead to rising returns on investment and, as such, raise productivity and competitiveness of firms and territories.

KEYWORDS: global crisis, local development, economic recovery, local initiatives, Latin América.

Introducción

Desde principios de los años noventa se intensifican en América Latina las respuestas locales a los efectos que la integración económica a nivel global produce sobre los sistemas productivos, el empleo y la pobreza, lo que ha dado lugar al surgimiento y consolidación de múltiples iniciativas de desarrollo local en todo tipo de economías (Vázquez Barquero, 2005 y 2007; Aghon, Alburquerque y Cortés, 2001; Altenburg y Meyer-Stamer, 1999).

Las experiencias de desarrollo local en América Latina son muy diferentes unas de otras, ya que la estrategia y las iniciativas locales se adaptan a las condiciones económicas y sociales de cada territorio. En las regiones de vieja industrialización como es el caso del Gran ABC, en el área metropolitana de Sâo Paulo, Brasil, se trata de favorecer el proceso de restructuración industrial; en las regiones de industrialización endógena, como es el caso de Rafaela en Argentina, se estimula el desarrollo de actividades de servicios a la producción y el cambio institucional; en las áreas rurales con potencial de desarrollo endógeno, como es la región de los Cuchumatanes, en Guatemala, el objetivo del desarrollo local es crear empleo y erradicar la pobreza impulsando el desarrollo agrario.

Pero, el entorno económico, político e institucional, en el que habían surgido las iniciativas locales, ha cambiado, ya que desde mediados del año 2007, las economías avanzadas y también las emergentes se han visto afectadas por la crisis del sistema financiero, lo que está bloqueando el funcionamiento de la economía real. Las economías avanzadas han entrado en procesos de recesión económica y las economías emergentes han reducido las tasas de crecimiento, ha disminuido la actividad industrial y de servicios, se reduce la demanda interna y externa, crece el desempleo y aumenta la pobreza. En este escenario, la respuesta a la crisis necesariamente ha de combinar medidas cuyo objetivo es recuperar la confianza en los mercados financieros y potenciar el crédito bancario, con aquellas otras dirigidas a aumentar la productividad y la competitividad.

En este artículo se argumenta que las experiencias de desarrollo local que se han puesto en marcha en América Latina durante las últimas décadas, muestran que las iniciativas locales son útiles para abordar los problemas de la crisis y propiciar la recuperación económica. Como en el pasado, se trata de hacer más competitivo el sistema productivo, de crear empleo y de favorecer el progreso económico y social. Y precisamente las acciones de desarrollo local son muy eficaces para conseguir estos objetivos, ya que impulsan la construcción de infraestructuras, la creación y desarrollo de empresas, la difusión de las innovaciones y el cambio institucional, que son instrumentos que favorecen los rendimientos crecientes de las inversiones, y contribuyen al aumento de la productividad y de la competitividad.

El artículo se organiza de la forma siguiente. En primer lugar se aborda la descripción de la crisis actual, se analizan sus efectos financieros y económicos y se identifican los factores clave para la recuperación económica. Después de presentar algunas de las propuestas que plantean los países para salir de la crisis, se muestra cómo el desarrollo local es una política que ofrece una salida territorial a la crisis, que conduce a la recuperación económica. A continuación, se argumenta que los instrumentos de la política de desarrollo local estimulan los rendimientos crecientes de las inversiones, lo que facilita la acumulación de capital y el progreso económico y social. El artículo finaliza con comentarios sobre las fortalezas y limitaciones de la política de desarrollo local.

Crisis en la globalización: hechos

Desde mediados del año 2007, la economía de los países avanzados funciona con grandes dificultades. Su gravedad ha desembocado en el reconocimiento de que el sistema económico internacional se enfrenta a una grave crisis financiera, que está teniendo un fuerte impacto en la economía real. Lo que surgió como la quiebra del mercado de las "hipotecas basura" y el final del mayor boom de la construcción en los Estados Unidos, se ha convertido en una crisis financiera de carácter global, que se ha ido extendiendo a la economía real de los países desarrollados y de los países emergentes y está transformando el proceso de globalización.

La raíz del problema reside en la falta de liquidez y la pérdida de confianza en los mercados financieros. Los cambios en la regulación financiera (como la revocación de la separación entre los bancos comerciales y los bancos de inversión en 1999), el relajamiento de los controles de los mercados financieros, y el mantenimiento de bajos tipos de interés durante un largo periodo de tiempo, condujeron a una situación en la que los prestamistas últimos incurrieron en un fuerte riesgo de cobro de las "hipotecas basura" (Bordo, 2008; Brunnermeier, 2009). Algunas instituciones como los bancos de inversión y los fondos de inversión alternativa (hedge funds) introdujeron estos activos bajo la forma de "derivados hipotecarios protegidos" (securitized morgage derivatives), a los que tuvieron acceso los bancos comerciales, lo que creó inseguridad y falta de liquidez en los mercados financieros.

Todo ello condujo en agosto de 2007 a la congelación del mercado interbancario de los Estados Unidos y a la inyección de liquidez por parte del Banco de Reserva Federal. La cuestión empeoró durante el año 2008, con el rescate del Banco de Inversiones Bear Stearns, en el mes de marzo, la nacionalización parcial, en julio, de las empresas Fannie y Freddie Mac, organizaciones especializadas en la gestión de hipotecas patrocinadas por el gobierno, la quiebra de Lehman Brothers y la nacionalización de la compañía de seguros AIG, en el mes de septiembre. De esta forma una crisis de liquidez se transformó en el hundimiento de los mercados bursátiles y la contracción del sistema crediticio (Tamames, 2009).

En octubre de 2008, los mercados interbancarios mundiales habían dejado de funcionar, al haberse perdido la confianza de unos bancos en otros bajo la sospecha de que ninguno estaba a salvo de la contaminación financiera. La crisis se difundió por los países desarrollados, y en menor medida por los países emergentes; el contagio se propagó a través del mercado de valores (las bolsas han caído en los países europeos, pero también en Brasil, Rusia e India), el sistema bancario internacional y el patrón de cambios; dado que los bancos europeos y de otros países no pudieron deshacerse de los títulos respaldados por las hipotecas basura, se generalizó la falta de liquidez. Aunque los países emergentes de Asia y de América Latina pudieron evitar la crisis financiera en un primer momento gracias a medidas protectoras como la reducción de la exposición al endeudamiento internacional, no han podido resistir el contagio sobre todo aquellos países que mantienen intercambios comerciales y de capitales con los países europeos y con los Estados Unidos.

La contracción del crédito bancario limitó la financiación de los intercambios comerciales y deterioró las relaciones entre proveedores y clientes. Como consecuencia se produjo la contracción de la demanda interna y de la demanda internacional, lo que ha producido la caída de la actividad económica y la consiguiente reducción de la inversión. El resultado ha sido un fuerte ajuste del sistema productivo y financiero, que parece apuntar a una gran recesión de la economía.

Así pues, la crisis financiera ha contaminado el funcionamiento de la economía, provocando la contracción del Producto Interior Bruto en el último semestre de 2008 y las previsiones muestran que la situación empeorará durante 2009 (IMF, 2009a). De acuerdo con la revisión de las estimaciones que figuran en la actualización del World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional, de 8 de julio de 2009, la economía global se contraerá en 1,4% en 2009; el PIB, en términos reales, de los Estados Unidos se reducirá en un 2,6% durante 2009; el de la Eurozona lo hará en un 4,8%; tendrá una caída del 6,2% en Alemania; y en España se reducirá en un 4,0%. Por su parte las previsiones de la CEPAL para América Latina anuncian una contracción del PIB del 1,9% en...

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