'El TC está para emitir sentencias; no para ser querido ni odiado' - 29 de Octubre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 695731817

'El TC está para emitir sentencias; no para ser querido ni odiado'

Con la llegada del "Vasco", como lo conocen sus amigos, por lo tozudo -característica que él niega con humor-, se restablecieron dos tradiciones: jurar a puertas cerradas, solo ante sus pares, y que el presidente sea elegido por unanimidad (son 10 integrantes), lo que no sucedía desde 2009.

En rigor, la nominación no fue una sorpresa, sino el resultado de un acuerdo adoptado en agosto de 2015, en virtud del cual Carlos Carmona asumió la presidencia por dos años, para ser sucedido por el actual presidente.

Profesor de derecho administrativo, casado y con dos hijos, se define como católico y de derecha, pero no militante. "Nunca he estado en un partido, y nunca lo voy a estar", dice en esta, su primera entrevista.

Tampoco oculta haber estado de acuerdo con el gobierno militar, dada la situación que se vivía en 1973. "El cauce constitucional no se dio", reflexiona. Sin embargo, expresa también su rechazo a las violaciones a los derechos humanos. En segundo año de Derecho conoció a Jaime Guzmán y le hizo una pregunta jurídica. "!Qué interesante¡", le respondió el ideólogo de la carta de 1980. Lo impresionó.

Al TC llegó en 2010, designado por el entonces Presidente Sebastián Piñera, de quien dice no ser amigo, pero en cuyo gobierno trabajó como jefe de la división jurídica de la Subsecretaría de Interior.

Ha votado en contra de iniciativas emblemáticas de la actual administración (aborto, reforma laboral) y ahora, como presidente, le corresponderá dirimir en caso de empates. Más allá de eso, define como su hoja de ruta avanzar en la transparencia, mejorar la calidad y el lenguaje de las sentencias, e imprimir celeridad en los fallos.

No es un ridículo constitucional escuchar a las personas

-Ud. asumió la presidencia inmediatamente después del fallo sobre el aborto. ¿En qué medida esa discusión tensionó al TC?

-Hubo discusiones como son las de abogados: calurosas, con muchos argumentos. Pero, terminada la causa, la mayoría nos damos la mano. No estábamos resolviendo una causa menor, había muchos ojos puestos en el TC, y eso, como persona, repercute.

-¿Quedó conforme con las audiencias públicas? Carlos Peña habló de un ridículo constitucional y cuestionó el sentido de escuchar a oenegés, pastores evangélicos y candidatos presidenciales, en circunstancias que su tarea era solo determinar si la ley se adecuaba a la Constitución.

-Estoy conforme; siempre lo hemos hecho. La gran mayoría de los que vinieron nos aportaron argumentos. No es un ridículo...

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