El sueño jurásico de un agricultor - 21 de Septiembre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 812777153

El sueño jurásico de un agricultor

Cuando José González vio que uno de los dientes del arado se soltó del eje y un tornillo voló por el aire, pensó que la máquina había chocado con un peñasco. Se bajó del tractor, recogió el perno quebrado y miró hacia la estela de tierra rasguñada que venía dejando. A dos metros de sus pies, una enorme champa de maleza sobresalía del suelo. González se acercó, levantó la cubierta de hierba como si fuese un limpiapiés, y entre la tierra apretujada y pedregosa relumbró un hueso. Una gran pieza ósea, que no encajaba en ninguno de los animales que conocía. Entonces, se sentó en la tierra, sacó su smartphone y en pleno campo buscó las respuestas en Google: "Vaca grande", "caballo grande", "elefante"... "Tiranosaurio rex".-¿Un dinosaurio? -se preguntó.José González, a quien todos sus amigos le dicen Pepe, camina por un callejón de ripio llamado Cabrería. Es un viernes de fines de agosto, pero parece un día de verano. El camino es un brazo que se desprende de la ruta L11, que une San Javier con Colbún, ubicado a pocos kilómetros al oriente de Bobadilla, en la Región del Maule. Desde allí hasta su casa hay un kilómetro y medio. A un costado hay matas de moras empolvadas y al otro lado una plantación de trigo aún verde. Un poco más allá, un tractor pasa tirando una máquina para sacar piedras. González ha vivido casi toda su vida en el callejón. Allí, literalmente, fue donde nació.-Acá fue. Mi mami me contó que intentó salir por las de ella y nací en esa zanja -dice él, mientras apunta a un canal sin agua a la orilla del camino-. Luego me tomó en brazos y un señor que pasaba llamó a una ambulancia. Era pleno invierno y estaba todo oscuro.José González, 36 años, tiene una especie de mohicano en el pelo. Es el quinto de siete hermanos, estudió Técnico en Construcción y es delantero de un club de fútbol amateur de Talca. Hace once meses regresó de un viaje de dos años por Latinoamérica. González cuenta que se fue con una carpa, que visitó todos los lugares que pudo, incluidos los no turísticos, y que aprendió algo de guaraní y portugués. "Un mochileo", como lo describe él.-He andado por todos los países. Fui porque simplemente quería conocer, por un impulso. Junté las lucas y pasé a Bolivia. Después no paré hasta dar la vuelta -relata, mientras camina por el callejón hacia su casa.González regresó al campo sin ningún peso en el bolsillo, pero tuvo suerte: postuló a un trabajo en una constructora y lo contrataron como jefe de obra. Luego de tres meses, sin embargo, renunció.-No era para mí. No quería estar detrás de un escritorio y volví al tema de los bosques. Me puse a hacer leña. Inventé...

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