La soterrada guerra en Enap que enfrenta a la alta gerencia con los sindicatos - 12 de Noviembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 696435769

La soterrada guerra en Enap que enfrenta a la alta gerencia con los sindicatos

Días de contraste son los que se viven en la Empresa Nacional del Petróleo (Enap). Este año, la compañía fue elegida como una de las ocho firmas finalistas del Premio Carlos Vial Espantoso, galardón que reconoce a las organizaciones con buenas relaciones laborales. Nada más alejado de lo que se vivió el 25 de octubre.

Ese día se desarrolló la primera reunión de trabajo formal entre los ejecutivos de la empresa y Nolberto Díaz en su condición de nuevo presidente de la Federación de Trabajadores del Petróleo (Fenatrapech), organización que agrupa a siete sindicatos de la empresa.

Díaz había sido elegido como número uno de los trabajadores del petróleo recién a mediados de octubre. Los ejecutivos lo conocían de sobra, claro está, ya sea como presidente del Sindicato de Enap Con Con o como secretario general de la CUT.

Pero el debut con este nuevo rótulo no pudo ser peor. La reunión -marcada desde el inicio por un tono que, por su dureza, ahora hace especular a los ejecutivos sobre una crisis prefabricada- terminó con un incidente en que Díaz y el gerente de Gas y Energía de la empresa, Alfredo del Carril, se acusan mutuamente de agresión.

Incidentes de este calibre son inéditos en la empresa, pero distan de constituir una pequeña tormenta en medio de aguas calmas. Al contrario: los incidentes del 25 de octubre son el corolario de una soterrada disputa entre la plana ejecutiva de la compañía y los líderes sindicales, confrontación que tiene antecedentes incluso durante los meses de instalación del segundo gobierno de Michelle Bachelet, cuando las distintas fuerzas políticas comenzaron a medir fuerzas para tomar posesión del Estado.

La instalación comenzó con la primera derrota del G-90Si hay algo en que coinciden los trabajadores y ciertos ejecutivos de Enap, es en que, curiosamente, la relación entre los sindicatos y la administración fue mejor durante el gobierno de Sebastián Piñera que en estos años de Michelle Bachelet. Esto, a pesar de que entre marzo de 2010 y marzo de 2014 hubo 523 despidos originados por la fuerte crisis que vivía la compañía. "No escuché nunca a Nolberto Díaz levantar la voz cuando la empresa estaba destruida; quizás estaba más preocupado de sus asuntos en la CUT", indican fuentes de la estatal.

"Ni un problema con Ricardo Cruzat", agregan hoy fuentes del sindicalismo de la empresa, en alusión al ejecutivo que ocupó la gerencia general hasta el 13 septiembre de 2013.

Los problemas comenzaron a partir del 15 de diciembre de 2013, cuando se confirmó el triunfo de Bachelet en segunda vuelta. Entonces se hizo vox populi en los pasillos de la petrolera -principalmente en las sedes sindicales- que uno de los nombres que sonaban en "La Moneda chica" de calle Guacolda para ocupar la gerencia general de la compañía era el del abogado Alex Matute Johns, hijo del histórico ex presidente de la Fenatrapech Jorge Matute e integrante del G-90 del PPD, el mismo clan político que lideraba Rodrigo Peñailillo, quien luego ocupó el cargo de ministro de Interior.

La oposición que transmitieron los líderes sindicales de la empresa a la opción de Matute Johns -con amenazas de paro mediante- hizo que durante el verano de 2014 esa opción fuera perdiendo fuerza. En mayo de 2014, finalmente, asumió el cargo el economista Marcelo Tokman (PPD), quien desde el primer momento conoció del poder que ostentan los sindicatos de Enap.

Durante la instalación, los sindicatos transmitieron claramente la idea de que ellos eran los dueños de casa, bajo el argumento de que los ejecutivos pasan y los sindicalistas quedan. Esta idea fuerza volvió a quedar clara en la carta que Nolberto Díaz les envió a los trabajadores el 31 de octubre de este año a propósito del incidente con Del Carril: "La Enap no parte ni termina con esta administración, el movimiento sindical petrolero no es nuevo en Enap y la conoce como el que más".

La continuidad es clave para consolidar los cambiosLos ejecutivos de la compañía han escuchado más de una vez que ellos están de paso y que los sindicalistas permanecen, y que los cambios se hacen con los trabajadores o no se hacen, idea que denominan proyecto común de empresa y que para otros es un eufemismo de...

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