Yo y mi silla de ruedas - 15 de Noviembre de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 543887558

Yo y mi silla de ruedas

Marcos de Aguirre, 58 años, se demoró muchos meses en entender que esos adormecimientos de dedos y pies, primero, tobillos y piernas completas, después, eran producto de una inflamación a la médula espinal que pronto le impediría caminar. Que esa caída era un síntoma de una enfermedad neurológica que lo acompañaría toda la vida.

Marcos de Aguirre -dueño de la productora Filmosonido, nombre esencial del cine chileno y Latinoamericano en la postproducción de sonido de películas y comerciales- tardó años en aceptar que era un discapacitado, tantos que se compró su primera silla de ruedas recién cuatro años después de esa caída.

Antes de eso lo que hubo fue bastones, caídas y quebraduras de huesos.

Negación, le diría la psicóloga durante esos años.

-Al principio yo intenté caminar, peleé. Algunos me decían, "párate, haz ejercicios, transpira" y otros, "relájate, cómprate una silla de ruedas". Yo elegí durante mucho tiempo lo primero, me costó mucho asumir que me iba a quedar así para toda la vida. Y luché.

La traición de los vecinos

A fines de la década del 50, los hermanos Jaime -actual director ejecutivo de Chilevisión- y Marcos de Aguirre Hoffa compartían una habitación en la casa que tenía la familia en calle Bahamondes en Concepción. Tenían cuatro años de diferencia, pero jugaban juntos, aprendían música y de la vida. Tenían clases de inglés. Su padre, un nortino que fue al sur a estudiar, tocaba el piano y hacía fiestas en su casa, que era un lugar abierto, tolerante, alegre. Su madre, una inmigrante alemana que llegó a Chile a los 14 años escapando de los nazis, ponía el orden. El resto de sus hermanos, Eduardo y Ana María, eran más políticos, inquietos. A fines de los 60 y comienzos de los 70, la familia ya se había cambiado muchas veces de casa hasta llegar al barrio universitario.

-Nuestro barrio era bien momio, pero mi papá no era nada en términos políticos. Le gustaba vivir bien, entretenerse, tenía muchos amigos. Fue cónsul honorario de EE.UU. Incluso recibió a la Operación Unitas varias veces.

Los dos hijos mayores militaban en el Mapu.

-En mi casa no habían conflictos políticos, pero entre algunos de nuestros vecinos se fue incubando un malestar. Nosotros no nos dimos cuenta, hasta que nos denunciaron -dice Marcos de Aguirre.

Tras el golpe, la casa de la familia fue allanada 11 veces, hasta que decidieron trasladarse a vivir a Santiago.

-Nunca más sufrimos un allanamiento, pero quedó la amarga sensación de la traición. Mis papás quedaron bien resentidos. La delación es algo muy violento, sobre todo cuando viene de gente que ha ido a tu casa y conoces bien.

Festival de exámenes

La película que Marco de Aguirre estaba haciendo en 1987 era El ciclista del cerro San Cristóbal, una producción alemana y que él aceptó hacer a regañadientes. El director era muy mal genio, recuerda.

El día siguiente a la caída comenzó a sentir los pies dormidos, lo que fue aumentando. A los 13 días tuvo que retirarse del rodaje, porque le costaba...

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