La senda de Michelle Obama - 15 de Noviembre de 2022 - El Mercurio - Noticias - VLEX 914670286

La senda de Michelle Obama

H e empezado a trabajar en este nuevo libro precisamente en esa tesitura: sintiéndome a la vez prudente y valiente. Cuando publiqué "Mi historia" en 2018, me sorprendió -más bien me dejó pasmada- la respuesta que tuvo. Lo había volcado todo en él, no solo para procesar mi etapa como primera dama de Estados Unidos, sino mi vida en general. No solo conté las partes alegres y glamurosas, también las experiencias más duras que había vivido: la muerte de mi padre cuando yo tenía veintisiete años, la pérdida de mi mejor amiga de la universidad o los problemas que tuvimos Barack y yo para ser padres. Rememoré ciertas experiencias debilitadoras que había vivido cuando era una joven de color. Hablé con franqueza del dolor que sentí al abandonar la Casa Blanca -un hogar que amábamos- y el legado del duro trabajo de mi marido como presidente en manos de un sucesor temerario e insensible.Dar voz a todo eso parecía un tanto arriesgado, pero también fue un alivio. Durante esos ocho años como primera dama fui prudente y sumamente consciente de que las miradas de toda la nación estaban puestas en Barack, en mí y en nuestras dos hijas, y de que, como personas negras en una casa históricamente blanca, no podíamos permitirnos un solo desliz. Tenía que asegurarme de que estaba utilizando mi plataforma para introducir cambios que marcaran una diferencia significativa, de que los asuntos en los que trabajaba estaban bien ejecutados y a la vez complementaban la agenda del presidente. Tenía que proteger a nuestras hijas y procurar que vivieran con cierto grado de normalidad, y también ayudar a Barack a cargar con lo que a veces parecía el peso del mundo entero. Tomaba cada decisión con extremo cuidado, considerando cada riesgo, evaluando cada obstáculo y haciendo todo lo posible por optimizar las oportunidades de crecimiento de mi familia como personas y no meramente como símbolos de lo que otros amaban u odiaban de nuestro país. La tensión era real y acuciante, pero no me era ajena. Una vez más, estaba contando cada paso.Escribir "Mi historia" fue como soltar todo el aire atrapado en mis pulmones. Supuso el comienzo de mi siguiente etapa vital, aunque no tenía ni idea de cómo iba a ser. Además, fue el primer proyecto que era solo mío y no estaba ligado a Barack, su administración, la vida de nuestras hijas o mi carrera anterior. Me encantaba esa independencia, pero también creía que me jugaba mucho y me sentía más vulnerable que nunca. Una noche, justo antes del lanzamiento del libro y ya fuera de la Casa Blanca, estaba tumbada en la cama de nuestro hogar de Washington imaginando esa versión tan honesta de mi historia en las estanterías de librerías y bibliotecas, traducida a docenas de idiomas y escrutada por críticos de todo el mundo. A la mañana siguiente debía viajar a Chicago para iniciar...

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