LA SEMANA POLÍTICA - 4 de Diciembre de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 698488537

LA SEMANA POLÍTICA

Campañas de segunda vuelta: reinvención pendiente

Dos semanas después de la primera vuelta, las candidaturas de Alejandro Guillier y Sebastián Piñera parecen no terminar de superar el efecto de un resultado que, habiéndolos instalado en el balotaje, no se ajustó a sus expectativas y les dejó la tarea de rediseñar sus estrategias. Ni una ni otra campaña muestran hasta ahora haber concluido ese proceso.

En el caso del comando del senador Guillier, tal vez la mayor demostración de cómo lo descolocó la sorpresiva votación lograda por Beatriz Sánchez sea el modo en que desde entonces se manejó la candidatura. El parlamentario intentó hacer suyas las temáticas levantadas por el Frente Amplio, además de incorporar a sus equipos a figuras de reconocida cercanía con ese bloque, como el abogado PS Fernando Atria. La prioridad dada a tales empeños contrastó con la poca consideración hacia la Democracia Cristiana, sumida en una crisis que, si bien tuvo como detonante su mal desempeño electoral, se agudizó producto de las dudas y deserciones provocadas por la decisión de su consejo nacional de apoyar prematuramente a Guillier. Lejos de entregar señales que trajeran confianza a aquellos sectores moderados que antes optaron por Carolina Goic, se privilegió contentar ya no a los votantes, sino a las dirigencias frenteamplistas. Si fue esa una apuesta políticamente riesgosa, pues supuso desatender a aliados históricos, su alcance electoral también plantea interrogantes: los números indican que el solo concurso de la izquierda más radical no le sería suficiente para ganar.

Por ahora, entonces, para los estrategas del guillierismo, su esfuerzo ha tenido un resultado frustrante, luego de que el Frente Amplio, en ambigua declaración, evitara entregarle apoyo. En rigor, tal epílogo era esperable, tratándose de una coalición que se asume como triunfadora de la última elección. Siguiendo lo que pareciera un muy calculado libreto, el bloque busca así erigirse como un factor de poder, que impuso su agenda a Guillier, pero que -al declararse previsiblemente insatisfecho con las fórmulas del candidato para responder a sus demandas- podrá también desentenderse de una eventual derrota en el balotaje sin por ello renunciar a reclamar parte del crédito en una hipotética victoria.

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