La semana política - 24 de Agosto de 2014 - El Mercurio - Noticias - VLEX 525251522

La semana política

Las reformas en cauces distintos

En gran medida, y como es obvio, los programas de gobierno responden a una visión del país "congelada" al momento en que estos se elaboran. En el financiamiento de reformas estructurales, sus supuestos claves -fortalezas económicas e ingresos- se consideran poco menos que inalterables durante 4 años, a sabiendas que la realidad será más fuerte que el voluntarismo. Desde esta perspectiva, el programa de la Presidenta Bachelet, que plantea una gran cantidad de cambios de enorme envergadura, con la carga de efervescencia y naturales resistencias sociales llamadas a provocar, no pudo tener en cuenta -por ejemplo y nada menos- el fenómeno de profunda desaceleración económica que estamos viviendo.

Mientras no prosperó el entendimiento en el acuerdo tributario que ahora debe ser ratificado por la Cámara de Diputados, la magnitud de esa reforma agravó sus naturales incertidumbres, pero no solo en las empresas mayores (en las que por estereotipo se presumía), sino inesperadamente para sus impulsores en los niveles medios, las pymes y virtualmente todos los sectores nacionales, que hicieron ver sus efectos inevitables en los frenos a la inversión, el ahorro, y, más temprano que tarde, en el empleo. No sería realista empeñarse en no admitir un vínculo entre esa incertidumbre y la desaceleración presente. Por fortuna, el procedimiento de recaudación, no así el monto, se atenuó parcialmente en el Congreso, reduciendo los daños.

Las incertidumbres generadas por la reforma educacional son inmensamente mayores y más trascendentes que las de la reforma impositiva, pero debido a la polarización de este tema, cada vez se está más lejos de concebir un acuerdo similar al logrado en la comisión de Hacienda del Senado. El Gobierno no da luces de ser independiente respecto de "la calle", y se le ve incluso intimidado ante la sola perspectiva de ser acusado de "traicionar" al movimiento estudiantil, que nunca ha sido demasiado orgánico como actor de acuerdos, y que ahora se ve crecientemente disgregado y en tensión interna -como se expresó en su marcha de esta semana, más reducida que las anteriores-. Tocante a la reforma educacional, el Gobierno olvida que no fue elegido únicamente por ese sector que protesta en calle, sino por una mayoría ciudadana mucho más vasta, la que piensa -como lo confirma recientemente la encuesta CEP- con diversidad y complejidad, pero que, en general, es de talante moderado frente al sesgo ideológico...

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