El estudio de la segregación residencial en Santiago de Chile: revisión crítica de algunos problemas metodológicos y conceptuales. - Vol. 40 Núm. 119, Enero - Enero 2014 - EURE-Revista Latinoamericana de Estudios Urbanos Regionales - Libros y Revistas - VLEX 488692322

El estudio de la segregación residencial en Santiago de Chile: revisión crítica de algunos problemas metodológicos y conceptuales.

AutorRuiz-Tagle, Javier

RESUME | Mediante un cuestionamiento a influyentes trabajos, se pretende introducir perspectivas alternativas en variados aspectos del estudio de la segregación residencial en Chile, desde esquemas metodológicos a interpretaciones conceptuales. La discusión critica cuatro aspectos de dichos estudios: i) su método de estratificación, que define grupos sociales por medio de categorías altamente variables en d tiempo; ii) su medida de la segregación, que no considera áreas suburbanas ni tampoco soluciona el problema de la escala; iii) su conexión con problemas sociales, que presenta ciertos sesgos de reificación del espacio; y iv) sus propuestas de política pública, que plantean líneas de acción fundadas en premisas discutibles. Dada la considerable influencia de estos estudios en la discusión de políticas públicas pro mixtura social, consideramos importante establecer nexos con la especificidad de nuestros contextos sociales, históricos y culturales, elaborando una racionalidad crítica que se extienda más allá de un excesivo empirismo.

PALABRAS CLAVE | política urbana, segregación, sociología urbana.

ABSTRACT | By questioning influential works, we intend to introduce alternative perspectives in various aspects of the study of residential segregation in Chile, from methodological perspectives to conceptual interpretations. The discussion criticizes four aspects of these works: i) their method of stratification, which defines social groups through categories that are highly variable over time; ii) their measure of segregation, which neither consider suburban areas nor solve the scale problem; iii) their connection with social problems, which presents certain biases of spatial reification; and iv) their proposals of public policies, which point out lines of action that are founded in debatable premises. Given the considerable influence of these studies in the discussion of pro- mixture public policies, we consider important to establish links with the specificity of our social, historic and cultural contexts, elaborating a critical nationality that extends beyond an excessive empiricism.

KEY WORDS | urban policy, segregation, urban sociology.

Introducción

Algunos estudios recientes sobre segregación residencial en Chile se han visto altamente influenciados por ciertos cuerpos de la literatura empírica estadounidense, reproduciendo sus sesgos conceptuales y creando nuevos. Por ejemplo, se han trasladado nociones cuestionables, tales como "efecto de barrio", "geografías de oportunidad", "underclass" y la criticada noción de "desorganización social" propia de la literatura estadounidense de los noventa (Wacquant, 2002). Asimismo, introducen nuevos problemas, como el intento de medir la segregación (supuestamente) de clase, aplicando las mismas metodologías que las usadas para medir segregación racial, o el generar una estricta separación entre segregación y desigualdades sociales.

El presente trabajo pretende introducir perspectivas alternativas en variados aspectos del estudio de la segregación residencial en Chile, desde esquemas metodológicos a interpretaciones conceptuales, estableciendo nexos con la especificidad de nuestros contextos socioculturales, y elaborando una racionalidad crítica que se extienda más allá de un excesivo empirismo. Como base de discusión, tomamos uno de los trabajos más recientes sobre segregación en Chile, el artículo "Segregación residencial en Santiago: tendencias 1992-2002 y efectos vinculados con su escala geográfica" (Sabatini, Wormald, Sierralta & Peters, 2010). En dicho artículo, los autores revisan los cambios socioespaciales durante la década de los noventa, destacando la dispersión de las elites, la disminución de la segregación, algunos rasgos de la segregación latinoamericana y las consecuencias de la formación de guetos. Sin duda, estos autores han formado uno de los equipos de investigación más prolíficos en esta área en las últimas décadas, aclarando conceptos, refinando metodologías e influyendo en muchos otros estudios posteriores. Así, la presente discusión tiene por objetivo levantar algunos cuestionamientos a sus enfoques, contribuir al debate de estas ideas y plantear una visión crítica.

Discutimos el artículo de Sabatini et al. (2010) en cuatro áreas: i) su método de estratificación, que define grupos sociales por medio de categorías variables en el tiempo; ii) su medida de la segregación, que no considera áreas suburbanas ni tampoco soluciona el problema de la escala; iii) su conexión con problemas sociales, que presenta ciertos sesgos de reificación del espacio; y iv) sus propuestas de política pública, cuyas líneas de acción están fundadas en premisas que consideramos discutibles.

La estratificación social en los estudios de la segregación

El método dominante en Chile

Para estudiar la segregación socioeconómica en Santiago, Sabatini et al. (2010) definen la estratificación de grupos sociales sobre la base de metodologías de marketing, por considerarse "la usanza local en Chile" (p. 23). Para definir el nivel socioeconómico de un hogar, dichas metodologías establecen un cruce entre el nivel educacional del jefe del hogar y la tenencia de una determinada cantidad de bienes, como aproximación al ingreso (Figura 1) (1).

Numerosas críticas se han establecido respecto de este tipo de mediciones. Desde el punto de vista económico, la principal es la inadecuación del índice como aproximación al ingreso. Primero, no toma en cuenta el endeudamiento, lo que significa que solo algunas familias estarían adquiriendo bienes a través de su real poder adquisitivo, pero otras familias vía sistemas de crédito. Para el estudio en cuestión, que considera el período intercensal 1992-2002, este punto resulta particularmente importante, ya que el poder adquisitivo de los chilenos aumentó ostensiblemente en esa década, mucho vía endeudamiento, en una expansión del consumo que no necesariamente implicó movilidad social (Moulian, 1997). Segundo, los bienes listados para metodologías de marketing son discutibles en sentido histórico. Por ejemplo, una conexión a internet en 1992 tiene un peso muy distinto al del año 2002, ya que dichos servicios bajaron de valor y se masificaron ampliamente. Sabatini et al. (2010) reconocen haber hecho un ajuste a dicha metodología (p. 23), para tener conjuntos de bienes equivalentes a cierta posición social en cada censo. Sin embargo, esto implicaría distintos bienes en cada medición (1992 y 2002), con lo que se pierde su comparación más directa y se complejiza aún más el índice. Tercero, el índice no distingue entre hogares que tienen más de un bien en determinada categoría (dos o más televisores, dos o más vehículos, etcétera). Cuarto, el índice no mide ingreso per cápita, ni tampoco ajusta por economías de escala, lo que oculta el tamaño y composición del grupo familiar. Y quinto, el índice no mide la riqueza, en términos de factores de herencia u otros, que tienen que ver con la estabilidad de la posición socioeconómica y con la acumulación histórica de capital (Oliver & Shapiro, 2008).

Desde un punto de vista sociológico, las críticas son aún más abundantes. Primero, la medición de marketing no toma en cuenta el estatus ocupacional (o prestigio social de cada ocupación), el cual se usa para identificar la posición de cada grupo en la sociedad y representa la medida tradicional de estratificación en la sociología. Segundo, como su principal objetivo es medir el nivel de consumo, la estratificación de marketing excluye la dimensión cultural. Esto es, no establece grupos de identidad, sino solo capacidades continuas de consumo, con cortes arbitrarios que no muestran rupturas claras entre segmentos (Espinoza & Barozet, 2009). Tercero, en vez de desprender tendencias de consumo a partir de la definición de clase social (como se hace desde Max Weber en adelante), se usa la capacidad de consumo para definir la clase social. Más aún, los bienes listados en el índice no son útiles para diferenciar tendencias de consumo que hablen de diferentes "gustos" o estilos de vida (Bourdieu, 1984; Savage, 2010). Cuarto, el nivel educacional usado en la metodología de marketing no establece una frontera fija, sino que cambia constantemente para mantener los límites de clase. Esto ocurre porque la elite asegura su exclusividad y cerramiento de clase a través de la continua alza de los requerimientos de formación de capital humano en el mercado laboral (Kerbo, 2012). Así, debido a una mayor demanda por educación, tener ciertos títulos hoy no es lo mismo que haberlos tenido ayer, y su adquisición no implica necesariamente un ascenso social. Además, la metodología de marketing no clasifica apropiadamente a la población mayor respecto de la más joven, en términos de la evolución del mercado educacional y de la diferencia que se genera entre las posibilidades de formación pasadas y presentes (Méndez & Barozet, 2008). De esta manera, la mayor cobertura educacional y el aumento en los patrones de consumo durante los años noventa (Rasse, Salcedo & Pardo, 2009) tienen particular relevancia cuando se quiere medir el cambio en la segregación residencial, lo que Jorge Rodríguez (2006) ha notado: "La SRS [Segregación Residencial Socioeconómica] es descendente, pero no por efecto de la migración intrametropolitana (...) sino por efecto de las mediciones (variable educación) y el cambio estructural en el decenio de 1990" (diapositiva 10). De esta manera, Rodríguez da a entender que la aplicación de técnicas distintas de estratificación puede detectar tendencias diferentes a las observadas por Sabatini et al. (2010). En resumen, para estudios de evolución espacio-temporal como el de estos últimos autores, las limitaciones de las metodologías de marketing resultan más problemáticas y pueden llevar a lecturas imprecisas, como señalamos más adelante.

Otros enfoques para la estratificación social

Creemos que una metodología adecuada para la estratificación debiera interpretar...

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