El secuestrador de Sydney, un refugiado iraní islamista con nutrido prontuario criminal
"Ten cuidado por donde caminas", le reclamó Craig Stoker al hombre que dejó caer una mochila a sus pies cuando iba saliendo del café Lindt, en el corazón financiero de Sydney. "¿Quieres que te dispare a ti también?", lo amenazó el sujeto. Desconcertado, Stoker salió de la tienda sin saber que ese hombre de aspecto trastornado desataría la crisis de seguridad más grave de las últimas décadas en Australia. Las más de 16 horas de pánico que siguieron, acabaron cuando agentes de la policía australiana irrumpieron en el lugar pasadas las dos de la madrugada de hoy (hora local).
En el operativo de rescate fueron lanzadas granadas de aturdimiento y los oficiales iniciaron un intenso tiroteo en el que murió el secuestrador junto a dos de sus prisioneros -una mujer de 38 años y un hombre de 34- mientras que otras seis personas resultaron heridas.
Man Haron Monis, el hombre de 50 años que asaltó el café supuestamente de manera solitaria, era un autoproclamado clérigo musulmán de origen iraní que llegó a Australia como refugiado en 1996, cuando adoptó el título de jeque Haron. Pertenecía a la línea dura del islam, y, según los medios locales, enfrentaba 40 cargos penales por acoso y abuso sexual y por complicidad en el asesinato de su ex esposa, con quien tuvo dos hijas.
Estos hechos, así como su liderazgo en una campaña de protestas contra la intervención militar de Australia en Afganistán entre 2007 y 2009, pusieron a Monis en el radar de la policía. El año pasado fue condenado a 300 horas de servicio comunitario por su iniciativa, que consistía en enviar cartas a los familiares de los soldados australianos muertos en suelo afgano instándolos a pedirle al gobierno que se retirara de Afganistán.
Entre 2000 y 2002 había trabajado como curandero y la policía lo detuvo en marzo pasado, acusado de haber abusado sexualmente de una clienta de esa época. Entonces, Monis dijo que se trataba de una conspiración política y culpó a los servicios secretos australianos de una maniobra para encarcelarlo. En los últimos meses había permanecido en libertad bajo fianza por este cargo y por la denuncia de ser cómplice del crimen de su ex mujer, Noleen Pal.
"Su ideología es tan intensa y tan poderosa, que nubla su visión en cuanto a sentido común y objetividad", aseguró su ex abogado, Manny Conditsis, a la Australian Broadcasting Corp. "Este es un individuo fuera de lo común. Esto no se trata de un hecho de terrorismo o un acto concertado", agregó.
Bandera islámica
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