Los secretos del Parque Nacional Río Clarillo - 22 de Agosto de 2021 - El Mercurio - Noticias - VLEX 874668017

Los secretos del Parque Nacional Río Clarillo

C aen algunas gotas bajo el cielo gris de la cordillera. Las montañas que estrechan el valle se asoman entre las nubes y luego se esfuman como fantasmas. Más abajo, en el bosque, las aves cantan melodías frenéticas y, al advertir presencia humana, salen disparadas al cielo, donde las recoge el viento. Aquí, en el Parque Nacional Río Clarillo, a 45 kilómetros de Santiago, en la comuna de Pirque, se siente una energía distinta, atávica. Todo lo que se observa -abundante bosque nativo, un río de aguas transparentes, el horizonte abierto- evoca lo que alguna vez fue Santiago, hace cientos de años.Un paraíso.Al entrar, la mirada gira en 360 grados, sin saber dónde parar. ¿Cómo es posible -se preguntan algunos- que exista algo así tan cerca de Santiago? Parece mentira. Parece improbable.En los últimos meses, el parque se ha transformado en la respuesta para miles de personas que han salido de casa en busca de desahogo, de un escape. Así lo explica el guardaparques Luis Pizarro Ulloa: "La pandemia nos ha enseñado que la gente va a buscar lugares como este. Antes la gente se sentaba y con suerte caminaba al río. Ahora no. Ahora la gente viene y quiere caminar".Si de caminar se trata, el Parque Nacional Río Clarillo, con sus 13.300 hectáreas, es un laberinto infinito. Sus seis senderos (uno de ellos cerrado temporalmente) conducen al paisaje original que albergaba la zona central de Chile, enseñan a reconocer las especies del bosque esclerófilo y recorren la historia que ha marcado, para bien y para mal, el destino de estas tierras.Comenzamos en la Quebrada Jorquera . Tan pronto arranca el sendero, los brazos gimnásticos de un peumo se cruzan en el camino, obligando a girar el cuerpo y a agachar la cabeza. Es una lección: el humano debe adaptarse al árbol y no al revés. Arriba, el techo vegetal, el mismo que otorga protección a chercanes, diucas y rayaditos, cubre el camino de sombras. Hay mucho que ver si se presta atención. A un costado, restos de troncos y chaguales quemados, vestigios de un incendio de 1993. Más adelante, aparecen los colliguayes, ejemplares del bosque esclerófilo cuyas cápsulas, a medida que avanza el verano, explotan y lanzan semillas a gran distancia, lo que permite su multiplicación. Casi al final del sendero, un desvío hacia las alturas conduce a un mirador que permite apreciar, de forma íntegra, la cuenca del río Clarillo."Una de las singularidades que tenemos aquí es la pureza del agua", dice con orgullo el administrador del parque, Carlos Peña. Sus más de 38 años de trabajo en este lugar lo hacen testigo valioso frente a los procesos de cambio del entorno. "Gracias al manejo que hemos hecho se logró una recuperación significativa de los diversos ambientes y ecosistemas representados en la cuenca", explica...

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR