La sanación de Juliana López May en la cocina - 29 de Octubre de 2019 - El Mercurio - Noticias - VLEX 820988713

La sanación de Juliana López May en la cocina

-Sentí la responsabilidad de contarlo a toda la gente que me sigue y que por ahí no sabía. Pensé que era bueno incentivar y mostrar que sí se puede, que a todo el mundo le pasan cosas, que hay otro camino, que hay muchas más posibilidades.Juliana López May piensa bien cada palabra y habla pausado al otro lado del teléfono. Está en Buenos Aires, su ciudad natal, y allá son las 10 de la mañana. La reconocida chef argentina, quien cumple 45 años en diciembre, recuerda uno de los años más difíciles de su vida, cuando a los 17 años le diagnosticaron un linfoma linfoblástico tipo "T" (no Hopkins).Nunca antes había hablado públicamente del cáncer que marcó su vida para siempre, y a mediados de septiembre y 28 años después, contó su experiencia en una charla abierta en Buenos Aires, historia que solo se difundió para el Día Mundial del Linfoma (15 de septiembre), cuando ella publicó su historia en Instagram y sorprendió a sus seguidores.-Dije: 'bueno, llegó el momento de contarlo', no para que sea como una prensa a favor mío ni hacerme famosa por algo que me pasó, sino todo lo contrario. Que mi experiencia sirva para que otros puedan tener un referente de lo que puede pasar.***Juliana López May nació en Buenos Aires y se crió en una casa a las afueras de la ciudad que en ese momento, cuenta, era la única con piscina del sector. Por eso estaba siempre llena de niños del barrio, que su mamá recibía con las manos abiertas y con una torta o masita en el horno. Siempre había comida, cuenta Juliana, ya que la cocina era el núcleo que los unía. Es una pasión que heredaron de su abuela materna, quien era de origen alemán y llegó a Argentina antes de la Segunda Guerra Mundial. Juliana cuenta que ella se trajo el colador de Alemania para hacer los ñoquis húngaros y las recetas tradicionales que luego la propia Juliana heredó.-En mi familia la cocina siempre tuvo un lugar importante. Somos cuatro hermanos. Dos somos cocineros profesionales y a los otros dos les encanta recibir a aquellos que cocinan. Así que todo el tiempo estamos pensando en la cocina, en qué comer, en qué comimos, adónde vamos. Mi abuela fue la que de alguna forma empezó a mostrarnos este amor por la cocina.Lo que no sabía Juliana en su infancia es que en su adolescencia un linfoma linfoblástico colaboraría aún más en acrecentar su pasión por la gastronomía. Tenía 17 años y cuando le quedaban dos años para salir del colegio, recibió un tratamiento de nueve meses de quimioterapia y un autotrasplante de médula. Estuvo todo un año encerrada en su casa, sin poder salir, sin ir al colegio, viendo programas de cocina y cocinando a todos lo que estuvieran en su casa: a...

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