En ruta a los VURILOCHES - 8 de Agosto de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 646591657

En ruta a los VURILOCHES

Fue el 9 de marzo. El grupo intentaba llegar hasta el pueblito de Cochamó, Décima Región (ver mapa), inaugurando simbólicamente un camino de integración entre ambos países.

Un acto de hermandad truncado por Carabineros, en el paso El León. ¿Motivo...? Sus cabalgaduras no cuentan con los permisos del Servicio Agrícola Ganadero. Los argentinos abandonan sus caballos y junto a autoridades chilenas se trasladan en avión hasta Cochamó. Ahí se firma un acta de intenciones: construir un camino entre ambos países que reduzca a la mitad la distancia entre Bariloche y Puerto Montt.

Revista del Domingo quiso completar ese viaje, siguiendo la ruta pensada por los gauchos, la huella de los pobladores chilenos. La misma que a principios de siglo contaba con línea telefónica y camino carretero, construido por una compañía ganadera. De eso, nada queda. La civilización desapareció entre los bosques, barro abajo.

Poco entusiasma el recibimiento en Cochamó, nuestro lugar de partida.

-!Jesús, María y José¡ ¿Viajan hasta El León? A ustedes no les van a encontrar ni los huesitos.

-Pero vamos con pobladores de esa zona. Además, llevamos un guía.

-¿Quién es ese?

-No conozco su nombre. Se presentó como "El Bonito del lago Vidal"...

-¿Ese viejo feo? !Ah, están fregados¡

LEY DEL VIAJERO

Durante cuatro días -de cabalgata y caminata-, conoceremos la vida de un grupo de chilenos que vive más allá de los Andes, hombres sin rostro, sin nombre. Habitantes de la frontera, nacidos a pleno campo, cazadores de leones, parteros de sus propios hijos, conquistadores con ñeque.

Apenas amanece emprendemos el viaje. A tranco largo se disparan los cinco baquianos cordillera adentro, por un valle que aprieta en cada metro.

Donosor Delgado (39) explica:

-Una vez al año bajamos a Chile, para comprar y vender. Volvemos con los caballos cargados de provisiones. Para nosotros es lo mismo caminar.

Será su último viaje en la temporada. Pronto la nieve los arrinconará, durante meses, contra la frontera.

Cruzamos bosques de caótica naturaleza, dominados por los ulmos, repletos de lodazales, lianas, lluvia. Luego vendrán los mañíos y alerces. Montañas rocosas perdidas nubes arriba, cascadas y ríos. Sin embargo, aún está marcado el camino carretero de principios de siglo.

Al atardecer la comitiva busca refugio en un corral techado, es la última casa ocasionalmente habitada hasta más allá de la cordillera. No piden permiso para ocupar el lugar ni el pasto para los animales. Adolfo Monero (17):

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