La revolución de los cerdos - 12 de Diciembre de 2016 - El Mercurio - Noticias - VLEX 655144029

La revolución de los cerdos

Se refiere a lo que ocurrió hace unos 10 años, cuando se instaló la planta de cerdos de la empresa Maxagro en la zona. Dice que, además, les contaminaban el agua del río con los purines de los cerdos.

"La planta estaba en el cerro y el agua llegaba acá al valle donde la usamos para regar hortalizas, frutales y para animales. !Venía hedionda¡ Y nosotros tenemos una tradición acá: todos los años en febrero hacemos el festival del melón y resulta que era tan insoportable el olor en la noche, que eso también nos perjudicó porque la gente ya no quería venir. Uno se va acostumbrando, pero cuando la gente viene de afuera lo nota al tiro", explica hoy Sandra Rebolledo.

Ante esa situación ella comenzó a tocar puertas.

Al principio, dice, solo hablaban con encargados de la planta que les decían que todo estaba bien y "venían a echarnos líquidos para las moscas", recuerda. Hasta que logró dar con Joaquín Sanhueza, gerente de operaciones de Maxagro. En ese entonces no sabía que tenía ese cargo, pero sí que era un gerente y que los iba a recibir. Le contaron todo lo que les estaba pasando. Él los escuchó y les prometió que habría cambios reales.

"La verdad es que nadie le creía porque las cosas hay que verlas, percibirlas, para creer. Somos agricultores y un empresario grande puede meternos el dedo en la boca no más y decir que sí, lo vamos a solucionar", afirma.

Sin embargo, y a pesar de la desconfianza inicial, cuenta que de la empresa comenzaron a fumigar casa por casa para acabar con las moscas y que el tema de los olores cambio cuando "hicieron el biodigestor que solucionó totalmente el problema". Hoy no hay moscas y el olor no existe, sólo aparece, levemente, cuando hacen un proceso de mantención en la planta. "Pero ellos nos avisan antes a toda la comunidad", advierte la dirigente de Palmilla.

No solo eso. Comenta que hoy ante cualquier inconveniente se comunica de inmediato con Sanhueza. "Una vez hubo un problema con el agua y él me dijo que era imposible. Yo le dije que era cierto, que viniera a ver. Y lo hizo".

Todo esto mediante una prolongada comunicación vía WhatsApp.

Lo ocurrido en esta planta es un ejemplo de lo que se percibe como el desafío de la industria de productores de cerdo a lo largo del país en la actualidad, especialmente después de lo ocurrido con la planta de Agrosuper, en Freirina, el año 2012.

Si bien el caso de Maxagro es previo a lo de Freirina, pudo ser tan traumático como lo ocurrido en el norte. La gran diferencia fue que en la primera optaron no solo por escuchar a la comunidad, sino que aprendieron a trabajar con ella para solucionar los problemas que la producción les causa.

Distinto a lo que ocurrió con la planta de Agrosuper, proyectada como la más grande de América Latina. En abril de 2012, cuando las instalaciones estaban todavía en marcha blanca, los habitantes de esta ciudad de 12 mil habitantes comenzaron a cortar calles en protesta por lo intenso y permanente de los malos olores. Las protestas se sucedieron por semanas y el ministro de Salud de entonces, Jaime Mañalich, decretó alerta sanitaria y ordenó el cierre de la planta. Más de 450 mil cerdos quedaron a la espera de ser trasladados a otra planta de la empresa en la Sexta Región. En diciembre de ese año, la empresa...

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