Los retos internaciones del próximo gobierno de EE.UU.
El Estado Islámico, Siria e Irak
En apenas un par de años, el grupo yihadista Estado Islámico (EI) autoproclamó el primer califato en siglos en los territorios bajo su control en Siria e Irak (además, está presente en Libia y Afganistán). Pero la coalición militar internacional que lidera EE.UU. ha logrado hacer retroceder al EI en Irak, y ahora se prepara el asalto a la capital del califato Raqqa.
Aquí hay dos decisiones claves: cómo seguir apoyando a Irak para evitar un resurgimiento de los extremistas -lo que ocurrió tras el retiro de las tropas estadounidenses en 2013- y si invertir o no más esfuerzos en Siria.
Esta última, sin duda, es la situación más delicada, porque en la guerra civil que libran hace casi cinco años los rebeldes contra el régimen de Bashar al Assad está implicada Rusia, cuya ayuda militar al gobierno ha sido clave para aplastar a la oposición y debilitar las posiciones del EI.
Las consecuencias del conflicto sirio se sienten fuera de sus fronteras: la mayor ola migratoria en Europa desde la II Guerra está causando una crisis humanitaria sin precedentes, y además ha dividido a los europeos. Y, paralelamente, el EI se ha convertido en un serio exportador de la yihad a Europa o a Estados Unidos.
"Siria es una clásica situación imposible: sin importar lo que un líder trate de hacer o de evitar, será criticado... No hay una solución fácil. Por eso, creo que lo mejor que podemos hacer es tratar de apoyar a las fuerzas de oposición para liberar Raqqa y luego ayudar a Irak, Jordania, Líbano y Turquía con sus poblaciones de refugiados. En ausencia de buenas opciones en Siria, probablemente lo mejor que podamos hacer es tratar de contener la crisis", dijo a "El Mercurio" Christian Maisch, experto en política exterior de la American University.
Rusia
No es solo la intervención del Kremlin en Siria, opuesta a la de Washington. Es también su decisión de anexar Crimea, de apoyar a los rebeldes en Ucrania, la amenaza latente a los países bálticos, aliados de EE.UU. Es, en suma, el escenario de nueva Guerra Fría en el que el Presidente Vladimir Putin ha buscado recuperar la posición global de poder que su país tuvo con la Unión Soviética.
Y las acusaciones de que el gobierno de Putin o sus aliados estaban interesados en interferir en estas elecciones presidenciales de EE.UU. -a través de un supuesto ciberataque- tensionan aún más las relaciones. Hoy los canales de comunicación están prácticamente cortados.
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