La respiración artificial de la DC - 8 de Agosto de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 690918057

La respiración artificial de la DC

Si Carolina Goic hubiera declinado su candidatura el mismo sábado tras la junta, o si el jueves hubiera anunciado que ya no iba por más, el partido simplemente se habría quebrado. No había tiempo para levantar otras candidaturas. No había ganas de buscar nuevos acuerdos. No había posibilidad de recurrir a los Castillo Velasco para soplar las últimas brasas de la fraternidad.

Pero Carolina Goic decidió seguir adelante, y salvó la situación. El único problema es que la salvó solo por poco tiempo. Porque el sentido unitario ya está terminado y porque los milagros no existen.

La Democracia Cristiana tiene dos problemas que son insalvables. Uno es de contexto y el otro es de realidad.

El contexto le juega en contra. Las democracias cristianas en el mundo surgieron en el siglo XX como una tercera vía entre el capitalismo y el marxismo. Ahí se cobijó la doctrina social de la Iglesia, el modelo de cooperativas, la conciencia social y el conservadurismo moral. Fue una época en que el centro no solo tenía forma, sino que también tenía una doctrina común.

Pero terminado el antagonismo real, el centro -si bien no ha desaparecido- ya no es representable bajo una misma doctrina. El centro político se ha transformado más bien en una expresión espacial de un grupo mayoritario de personas que anhelan gradualidad, que se aleja de los extremos, pero que no es posible de aunar bajo un mismo paragua político.

El segundo problema de la DC es inherente a ella. La DC tiene una profunda divergencia entre su militancia, que es mucho más de izquierda, con sus votantes que son más de derecha. Ello explica por qué en 1993 su votación de diputados alcanzó los 1.827.373 y en 2013 los 965.364. De ese millón de votos perdidos, una pequeña parte se fue a la abstención, otra pequeña parte a la izquierda y una gran mayoría a la derecha. Y para complicar más el problema, su dirigencia está dividida en dos mitades: los que levantan la flecha con la derecha y los que levantan la flecha con la izquierda.

Existe un tercer problema, que es su dicotomía con el contexto internacional. Los partidos demócratas cristianos en el mundo son partidos de centro o centroderecha, alejados del socialismo, desconfiados de la izquierda y enemigos del comunismo. En Chile han circulando con la chapa democratacristiana, pero -especialmente después de pactar con el Partido Comunista- han bailado un ritmo...

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