Reflexiones a partir del trabajo del panel
| Autor | María Paz Arzola G. |
| Cargo | Ingeniero Comercial con mención en Economía de la Pontificia Universidad Católica de Chile y Magister en Economía de la UC. Desde marzo de 2018 se desempeña como Coordinadora del Programa Social de Libertad y Desarrollo |
| Páginas | 30-32 |
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SERIE INFORME SOCIAL 191 / MARZO 2022
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4. REFLEXIONES A PARTIR DEL TRABAJO
DEL PANEL
La crisis sanitaria y la entrega del IFE han sido una expe-
riencia inédita y, como tal, han permitido adquirir una
serie de aprendizajes y extraer importantes lecciones
para la política social. Si bien con el tiempo ésta deberá
evaluarse con mayor distancia y de forma sistémica, el
informe de recomendaciones para mejorar la CSE es un
primer paso para colaborar en esa dirección.
La urgencia de determinar a la población que estaba
sufriendo una caída abrupta en sus ingresos y así ha-
cerle llegar los apoyos creados, signicó una fuerte e
inesperada presión sobre el RSH y con ello, sobre los
organismos a cargo de éste, no obstante no fue creado
para entregar una mirada de tan corto plazo. Ello dejó
en evidencia las falencias de este registro en lo relativo
a su insuciente cobertura y a la falta de vigencia de al-
gunos de sus datos, así como la demora en los procesos
de actualización. También demostró la importancia de
que la ciudadanía entienda el funcionamiento de estos
instrumentos y otorgue legitimidad a las decisiones que
se toman en virtud de ellos.
Por el otro lado, esta experiencia también dio cuenta de
ciertos atributos de la institucionalidad vigente, lidera-
da por el MDSF, en la medida que ésta tuvo la capaci-
dad de reaccionar a la presión, adaptar sus procesos y
llevar adelante las mejoras necesarias para enfrentar la
emergencia, posibilitando que con el paso de los meses
se implementaran una serie de iniciativas que permitie-
ron reducir los tiempos de tramitación de las solicitudes
al RSH. Como resultado, hoy contamos con un RSH
mejor que antes de la pandemia, con una cobertura cer-
cana al 90% de la población del país –algo totalmente
impensado hace unos años- y con un salto importante
en la calidad de los mecanismos de interacción con los
usuarios. Así, si bien no son instrumentos infalibles y
sin duda, exigen un trabajo continuo y riguroso de ac-
tualización y revisión, hoy el RSH y la CSE poseen un
potencial mayor que antes de la pandemia para identi-
car de forma bastante precisa a los grupos elegibles para
las diversas prestaciones del Estado.
De esta forma, la experiencia de la pandemia ha dejado
en evidencia el importante rol que ambos instrumentos
juegan a la hora de implementar políticas que tengan
por objeto atender y apoyar las dicultades y carencias
que enfrenta la población. Asimismo, representan ele-
mentos claves en la decisión relativa a cuán acotada o
extendida debe ser la política social, no sólo en períodos
de emergencia, sino en el mediano plazo. Pues si bien
es cierto que incluso los programas de amplio alcance
–como el IFE- requieren de una institucionalidad capaz
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