Recuerdos de 200 años de la Escuela Militar - 12 de Marzo de 2017 - El Mercurio - Noticias - VLEX 671144865

Recuerdos de 200 años de la Escuela Militar

Con seguridad, esa convicción suya se confirmó al tomar parte en la conformación del Ejército de los Andes, cerca de Mendoza, en el campamento de El Plumerillo, donde fue sometido a exigente entrenamiento y a una verdadera inmersión de adoctrinamiento castrense.

Durante la Patria Vieja la contienda tuvo más características de guerra civil, pero a partir de Chacabuco ella se transformó en una guerra contra España. A pesar de eso, el primer director de la Escuela Militar fue un oficial español: el sargento mayor Antonio Arcos Arjona.

Arcos y Beauchef

Eran muy pocos los oficiales chilenos que habían desarrollado una carrera militar y es muy probable que San Martín recomendara la designación de Arcos como director del nuevo plantel. Siendo este un peninsular de nacimiento, había iniciado su trayectoria castrense al servicio de Napoleón y en ese bando había luchado contra los españoles que defendían la autonomía de su patria. Arcos fue por eso uno de los tantos "afrancesados" que debió dejar España cuando Fernando VII regresó al trono.

Al llegar a Buenos Aires fue requerido por San Martín para que colaborara en el Ejército de los Andes. Si su trayectoria militar en Chile no tuvo muchos destellos, fue en el campo de los negocios donde Arcos alcanzó mayor brillo. Después de Maipú dejó Chile, pero al estar casado con la chilena Isabel Arlegui, nunca perdió contacto con el país. Se radicó en Francia donde se relacionó con importantes banqueros e hizo lucrativos negocios en la banca y en la bolsa. Paradójicamente, su hijo Antonio, junto a otros intelectuales, fundó en Chile la Sociedad de la Igualdad.

Pero si el director de la Academia no alcanzó gran fama militar, al subdirector le sobraban pergaminos castrenses: era el teniente Jorge Beauchef, también veterano de las guerras napoleónicas, quien ejerció una marcada influencia en la preparación de los nuevos cadetes, que seguían un curso de solo seis meses. Un país en guerra necesitaba con premura a oficiales que llenaran las vacantes de los recién creados regimientos.

La tarea fue ardua y Beauchef se dedicó con gran entusiasmo a la formación de los futuros oficiales. En sus memorias nos cuenta: "Enseñaba a mis alumnos la actividad, la exactitud en cumplir los deberes militares; el cuidado, la limpieza tan necesaria en esta carrera y principalmente la fatiga; les ordenaba ejecutar marchas con armas y bagaje, de modo que aprendieran a saber conducir al soldado".

Los primeros pasos

En su concepción original, la Academia Militar estaría organizada como se indica: una 1 {+a} sección de cadetes, con una dotación de 100 plazas; una 2 {+a} sección de sargentos y cabos, con una dotación de dos compañías de 60 plazas cada una, y una 3 {+a} sección de oficiales agregados...

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