Quemarse a lo bonzo, la medida extrema que hace tambalear a Medio Oriente
Quemarse a lo bonzo, esa protesta extrema que tiene que ver más con otras culturas que con el islamismo, y que hoy es normal en Egipto, Argelia, Yemen, Sudán, Mauritania y Túnez. Algunos mueren en el intento, otros quedan gravemente heridos.
Y todo partió una mañana cualquiera en un pueblo cualquiera.
El 17 de diciembre Bouazizi salió temprano con su carrito verdulero por Sidi Bouzid, una ciudad chica en el centro de Túnez. La policía solía acosarlo, presionarlo hasta que soltara algún billete. A veces pagaba, ese día no. Dos agentes lo patearon, una mujer policía lo cacheteó en público, ofensa sin par en el mundo árabe. Le quitaron su mercadería, se burlaron de él cuando amenazó con denunciarlos ¿A quién le iba a reclamar ese pobre diablo?
A sus 26 años, Mohamed Bouazizi no vio otra salida: compró un bidón con bencina, se la roció frente al cuartel policial y prendió un fósforo. Una semana aguantó las quemaduras, lapso en que el gobernante Zine el Abidine Ben Alí -símbolo de la corrupción y abusos que llevaron a Bouazizi a quemarse a lo bonzo- se fotografió con el joven y le dio su apoyo a la familia. Pero ya era tarde.
El resto es conocido: protestas en todo el país derrumbaron el régimen de 23 años de Ben Alí. La fiebre iracunda y reformista contagió a la región. Gobiernos adormecidos en el poder sin contrapeso ven tambalear sus dinastías por las movilizaciones cada vez más frecuentes, cada vez más duras, cada vez con más pirómanos.
El suicidio con el islam no se llevan. "En términos generales, los eruditos musulmanes tanto tradicionales como modernos, argumentan que el suicidio no está aprobado por las enseñanzas del islam. Sin embargo, en años recientes, algunos estudiosos han dicho que los suicidas que se hacen estallar con bombas son permitidos como parte de la Jihad contra la opresión", dice John Voll, profesor de Historia Islámica de la Universidad de Georgetown.
"La autoinmolación en el caso del joven tunecino es una forma muy rara de protesta en el mundo árabe. No recuerdo ningún caso de estos en la historia reciente", agrega.
Al-Azhar, el mayor centro de estudios musulmanes sunita, recordó esta semana que el suicidio está prohibido en el islam.
En el budismo tiene tradición: Hay registros de monjes quemándose en China hace 1.500 años siguiendo las enseñanzas de Buda. Un reflejo de ese pasado oriental remeció al mundo occidental en 1963, en plena guerra de Vietnam.
Monjes budistas
El 11 de junio, en una calle de Saigón, Thich...
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